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Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1980-85) _ RAFAEL MONEO

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"Frente a un posible modo de entender el proyecto, que hubiera considerado las ruinas simplemente como objeto de contemplación de los visitantes, y queriendo que realmente el museo ofreciese algo de lo que había sido el mundo romano, pensé que tenía sentido que el nuevo edificio naciese, en lugar de saltando sobre las ruinas, mezclándose con ellas y haciendo que se entendiese como aquél que había sobrevivido a todos aquellos edificios que ahora encontrábamos en ese estado de ruinas pero que eran en realidad el pálpito de una Mérida que había visto tantas cosas y que en los tiempos del Imperio Romano había alcanzado su mayoría de edad.










La cuestión era de qué modo construir, de manera que al final ese deseo de acercarnos al mundo romano fuese real, diese a las gentes esa sensación de credibilidad. Al final, seguramente, fue un acto de coraje construir de un modo, si no como los romanos, sí tan evidente y tan inteligible, como es la percepción que la construcción romana tiene de las gentes. Cuando este edificio se construyó, todo el mundo entendía cómo sobre aquella cadena de arcos de la cimentación se iba a construir un suelo en el que ahora estamos, que iban a levantarse unos muros. Realmente, a lo largo de la construcción la gente pudo entender bien lo que se pretendía con ello. Esa pretensión vio su fin en septiembre de 1986 previo a utilizar todos estos muros para colgar sobre ellos y que pudieran ser el soporte de esta riquísima colección de objetos que tiene Mérida. Porque, si algún valor tiene este museo, es precisamente que no es el capricho de un coleccionista. 
























Es lo que queda de lo que fue esta ciudad, haciendo que todos estos restos no procedan del mercado, del gusto de alguien que ha podido comprarlos, sino que en realidad están en este suelo. Y esa constancia se siente tanto en la cripta del museo, cuando se ve hasta qué punto se podría continuar por esos callejones, entrando en los cimientos emeritenses." 
                                 Rafel Moneo


Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1980-85) foto: Ximo Michavila



archivo Mario Ridolfi*

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Il Fondo Ridolfi-Frankl-Malagricci conservato presso l'Accademia Nazionale di San Luca costituisce l'insieme documentario più completo dell'attività professionale dell'architetto romano svolta nell'arco di circa sessanta anni, dal 1923 al 1984, molti dei quali condivisi con Wolfgang (Volfango) Frankl e Domenico (Mimmo) Malagricci.

Il Fondo, che comprende circa 10.000 items tra disegni, documenti, fotografie, lastre e negativi fotografici a testimoniare la quasi totalità delle opere progettate e realizzate da Ridolfi, è stato dichiarato di notevole interesse storico dalla Soprintendenza Archivistica per il Lazio il 30 settembre 1995.


enlace_link: fondo ridolfi



ADOLF LOOS _ Ornamento y delito (1908)

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Articulo realizado en 1908 por Adolf Loos llamado "ornamento y delito" en el que carga contra las artes decorativas. Se trata de un texto imprescindible para entender la evolución de la arquitectura moderna.



El embrión humano, en el seno materno, pasa por todas las fases de desarrollo del reino animal. -Cuando nace un ser humano-, sus sensaciones son iguales a las de un perro recién nacido: Durante su infancia se producen diversos cambios que se corresponden con las transformaciones ocurridas en la historia de la humanidad: a los dos años lo ve todo como un papúa; a los cuatro, como un germano; a los seis, como Sócrates y; a los ocho, como Voltaire. Cuando tiene ocho años percibe el violeta, color que fue descubierto en el siglo XVIII, pues antes el violeta era azul y el púrpura, rojo. El físico señala hoy en día que hay otros colores en el espectro solar, que ya tienen nombre, pero comprenderlo se reserva al hombre del futuro.


El niño es amoral. El papúa también lo es para nosotros. El papúa despedaza a sus enemigos y los devora. No es un delincuente. Sin embargo, cuando el hombre moderno despedaza y devora a alguien, es un delincuente o un degenerado. El papúa cubre de tatuajes su piel, su barca, su remo, en fin, casi todo lo que tiene a su alcance, y no es un delincuente. El hombre moderno que se tatúa es un delincuente o un degenerado. Hay cárceles en las que el ochenta por ciento de los presos llevan un tatuaje. Los tatuados que no están detenidos son delincuentes latentes o aristócratas degenerados. Si un tatuado muere en libertad, esto significa que ha muerto antes de cometer un asesinato.

El impulso de ornamentarse el rostro y todo lo que se tiene al alcance es el primer origen de las artes plásticas, es el balbuceo de la pintura: todo arte es erótico.



El primer ornamento que nació, la cruz, tuvo un origen erótico. Es la primera obra maestra, la primera creación artística con la que el primer artista embadurnó la pared para liberarse de la energía sobrante. Una línea horizontal: la mujer que yace. Una línea vertical: el hombre que la penetra. El hombre que la creó sintió el mismo impulso que Beethoven, se encontraba en el mismo cielo en el que éste compuso la Novena.

Pero el hombre de nuestro tiempo que, a causa de un impulso interior pintarrajea las paredes con símbolos eróticos, es un delincuente o un degenerado. Es natural 'que sea en los retretes dónde este impulso acometa a las personas con tales manifestaciones de degeneración. Se puede medir el grado de civilización de un país atendiendo a la cantidad de garabatos pintados en las paredes de sus letrinas. Para el niño.garabatear es un fenómeno natural: su primera manifestación artística consiste en garabatear símbolos eróticos en las paredes. Sin embargo, lo que es natural en el papúa y en los niños, en el hombre moderno resulta ser degeneración. Descubrí lo siguiente y se lo comuniqué al mundo: La evolución cultural equivale a eliminar el ornamento del objeto de uso cotidiano. Creía con ello entregarle al mundo algo nuevo por lo que alegrarse, algo que no me ha agradecido. La gente estaba triste y andaba cabizbaja. Lo que les preocupaba era saber que ya no se podía crear un ornamento nuevo. ¿Cómo es posible que sólo nosotros, los hombres des siglo XIX, no seamos capaces de hacer lo que sabe hacer cualquier negro, lo que han sabido hacer todos los pueblos en todas las épocas anteriores a la nuestra?


Todo lo que lo que el género humano había creado miles de años atrás sin ornamentos, fue rechazado sin contemplaciones y destruido. No poseemos bancos de carpinteros de la época carolingia, pero el menor objeto carente de valor que estuviese mínima mente ornamentado se conservó, se limpió cuidadosamente y se erigieron palacios suntuosos para albergarlos. Los hombres entonces paseaban entristecidos ante las vitrinas, avergonzándose de su propia impotencia. Cada época ha tenido un estilo, ¿sólo la nuestra se quedará sin uno propio?. Con estilo se hacía referencia al ornamento. Por tanto dije: "No lloréis. La grandeza de nuestra época radica en el hecho de que es incapaz de crear un ornameto nuevo.,Hemos vencido al ornamento. Hemos decidido finalmente prescindir de él. ¡Observad! ¡Se acerca el momento en el que las calles de las ciudades brillarán como muros blancos! Como Sión, la ciudad santa, la capital del cielo. Entonces lo habremos conseguido.





Pero hay malos espíritus que no lo toleran. A su juicio, la humanidad debería seguir esclavizada por el ornamento. El hombre había alcanzado tal grado de desarrollo, que el ornamento ya no le deleitaba, que el rostro tatuado del papúa no aumentaba la sensación estética, sino que la hacía disminuir..Tal grado de desarrollo, que se alegraba al ver una pitillera lisa y que era capaz de comprársela aunque pudiese obtener una ornamentada por el mismo precio. Estaban contentos con sus ropas y se alegraban de no tener que vagar por el mundo vestidos como monos de feria llevando pantalones de terciopelo con tiras doradas. Y dije:

-Fijaos. La habitación en la que murió Goethe es infinitamente más hermosa que toda la pompa renacentista; y un mueble liso, mucho más bonito que todas las piezas de museo con tallas e incrustaciones. El lenguaje de Goethe es más hermoso que todos los adornos de los pastores del río Pegnitz. 

Los malos espíritus lo oyeron con desagrado y el estado, cuya misión es retrasar el desarrollo cultural de los pueblos, hizo suya la cuestión de desarrollar y reponer el ornamento.

¡Ay del estado cuyas revoluciones estén promovidas por los consejeros de la Corte!


Pronto se vieron en el Museo de Artes y Oficios de Viena un aparador de comedor llamado "la buena pesca". Pronto hubo armarios que se llamaban "La princesa encantada" o algo parecido que aludía al ornamento que cubría estos pobres muebles. El estado austriaco se toma su tarea tan a pecho que procura que no desaparezcan las polainas del territorio de la monarquía austro-húngara. Éste obligó a todo hombre culto mayor de veinte años a llevar polainas en lugar de calzado adecuado. obligó a que Pues, en definitiva, todo estado parte de la suposición de que un pueblo retrasado es más fácil de gobernar.

Pues bien, la peste ornamental está reconocida estatalmente y se subvenciona con dinero del estado. Yo, sin embargo, lo considero un paso atrás. No tolero la objeción de que el ornamento aumenta la alegría vital de la persona culta; no tolero la objeción que se disfraza con estas palabras: "Pero ¡cuando el ornamento es bonito ... !" Para mí. y para todos los hombres cultos, el ornamento no aumenta la alegría vital. Si quiero comer un pastelito, cojo uno que sea completamente liso, y no uno recargado de ornamentos con forma de corazón o de jinete o de niño de pecho. El hombre del siglo XV no me entendería, pero sí los hombres modernos. El defensor del ornamento cree que el impulso que me dirige hacia la sencillez es una mortificación!. ¡No, estimado profesor de la Escuela de Artes y Oficios!, ¡No me mortifico! Me gusta más así Los vistosos guisos de siglos pasados que presentaban toda clase de ornamentos para hacer más apetecibles a los pavos, faisanes y langostas a mí me producen el efecto contrario. Asisto con repugnancia a una exposición de arte culinario cuando pienso en que me tengo que comer el cadáver de esos animales disecados.




El enorme daño y devastación que produce el resurgimiento del ornamento en la evolución estética podrían olvidarse fácilmente, pues nadie, ni siquiera un organismo estatal, puede detener la evolución de la humanidad. Sólo la puede retrasar. Sabremos esperar. Pero será un delito contra la economía nacional pues, con ello, se echa a perder trabajo humano, dinero y material. El tiempo no puede compensar estos daños.

El ritmo del desarrollo cultural sufre con los rezagados. Quizá yo viva en 1908, pero mi vecino vive en 1900 y aquel de allí en 1880. Es una desgracia para un estado que la cultura de sus habitantes abarque un periodo de tiempo tan amplio. El campesino de la apartada región de Kals vive en el siglo XII. Ya en la procesión de la fiesta del jubileo tomó parte gente que ya en la época de las grandes migraciones se hubiese considerado atrasada.¡Afortunado el país que no tiene este tipo de rezagados y depredadores! ¡Afortunada América! Entre nosotros mismos hay aún en las ciudades personas inmodernas, rezagados del siglo XVIII, que se horrorizan ante un cuadro con sombras violeta, porque todavía no pueden ver el violeta. A ellos les sabe mejor el faisán en el que el cocinero trabaja durante días, y la pitillera con los ornamentos renacentistas les gusta más que la lisa. ¿Y qué pasa en el campo? Vestidos y mobiliario pertenecen a siglos pasados. El campesino no es cristiano, es todavía pagano.

Los rezagados retrasan el desarrollo cultural de los pueblos y de la humanidad, pues no es sólo que el ornamento esté engendrado por delincuentes sino que es además un delito, porque daña considerablemente la salud del hombre, los bienes del pueblo y, por tanto, el desarrollo cultural. Cuando dos personas viven cerca y tienen unas mismas exigencias, las mismas pretensiones en la vida y los mismos ingresos, pero no obstante, pertenecen a distintas civilizaciones, puede observarse, desde el punto de vista de la economía de un pueblo, el siguiente fenómeno: el hombre del siglo XX se va haciendo cada vez más rico, el hombre del siglo XVIII cada vez más pobre. Supongo que ambos viven a su gusto. El hombre del siglo XX puede cubrir sus necesidades con un capital mucho más reducido y, por ello, puede ahorrar. La verdura que le gusta está simplemente cocida en agua y condimentada con un poco de mantequilla. Al otro hombre no le sabe tan bien hasta que, además, esté mezclada con miel y nueces, y alguien se haya pasado horas cociéndola. Los platos adornados son muy caros, mientras que la vajilla blanca, que le sabe bien a las personas modernas, es barata. Uno ahorra mientras que el otro se endeuda. Así ocurre con naciones enteras. ¡Ay del pueblo que quede rezagado en el desarrollo cultural! Los ingleses se hacen cada vez más ricos y nosotros cada vez más pobres ...

Todavía mucho mayor es el daño que sufre el pueblo productor del ornamento.
Como el ornamento ya no es un producto natural de nuestra cultura, sino que representa retraso o degeneración, el trabajo del ornamentista ya no está adecuadamente pagado. Son conocidas las condiciones en las industrias de los tallistas de madera y de los torneros, los precios criminalmente bajos que se pagan a las bordadoras y a las encajeras. El ornamentista tiene que trabajar veinte horas para alcanzar los ingresos de un obrero moderno que trabaje ocho horas. El ornamento encarece, como regla general. el objeto; sin embargo, se da la paradoja de que una pieza ornamentada con el mismo coste de material que el objeto liso, y que necesita el triple de horas de trabajo para su realización, cuando se vende, se paga por el ornamentado la mitad que por el otro. La carencia de ornamento tiene como consecuencia una disminución del tiempo de trabajo y un aumento del salario. El tallista chino trabaja dieciséis horas, el trabajador americano solo ocho. Si por una caja lisa se paga lo mismo que por otra ornamentada, la diferencia, en cuanto a horas de trabajo beneficia al obrero. Si no hubiera ningún tipo de ornamento -algo que igual sucede dentro de unos cuantos miles de años- el hombre sólo tendría que trabajar cuatro horas en vez de ocho, ya que, hoy en día, todavía la mitad del trabajo se va en realizar ornamentos.

El ornamento es fuerza de trabajo malgastada y, por ello, salud malgastada. Así fue siempre. Hoy, además, también significa material malgastado, y ambas cosas significan capital malgastado.

Como el ornamento ya no está unido orgánicamente a nuestra cultura, tampoco es ya la expresión de ésta. El ornamento que se crea hoy no tiene ninguna conexión con nosotros ni con nada humano, es decir, no tiene ninguna conexión con el orden del mundo. No es capaz de evolucionar. ¿Qué pasó con la ornamentación de atto Eckmann, qué-con la de Van de Velde? El artista siempre estuvo lleno de fuerza y salud, en la cima de la humanidad. Pero el ornamentista moderno es un rezagado o una aparición patológica, Él mismo reniega de sus productos al cabo de tres años. A las gentes cultas les resultan insoportables de inmediato, pero los demás sólo se dan cuenta de esto al cabo de años. ¿Dónde están hoy los trabajos de atto Eckmann? ¿Dónde estarán dentro de diez años los trabajos de Olbrich? El ornamento moderno no tiene padres ni descendientes, no tiene pasado ni futuro. Sólo es recibido con alegría por las gentes incultas, para quienes la grandeza de nuestro tiempo es un libro con siete sellos, y, al poco tiempo, reniegan de él.

La humanidad está hoy más sana que nunca, sólo hay unos pocos enfermos. Pero esos pocos tiranizan al trabajador que está tan sano que no puede inventar ornamento alguno. Le obligan a realizar, en diversos materiales, ornamentos creados por ellos.

El cambio del ornamento tiene como consecuencia una pronta desvalorización del producto. El tiempo del trabajador, el material empleado, son capitales que se malgastan. He enunciado la siguiente idea: la forma de un objeto debe ser tolerable durante el tiempo que físicamente dure dicho objeto. Trataré de explicarlo: Un traje cambiará muchas más veces su forma que una valiosa piel. El traje de baile creado para una sola noche, cambiará de forma mucho más deprisa que un escritorio. Qué malo seria, sin embargo, si tuviera que cambiarse el escritorio tan rápidamente como un traje de baile por el hecho de que a alguien le pareciera su forma insoportable; entonces se perderia el dinero gastado en ese escritorio.


Esto lo saben bien el ornamentista y los ornamentistas austriacos intentan resolver este problema. Dicen: "Preferimos al consumidor que tiene un mobiliario que, pasados diez años, le resulta insoportable, y que, por ello, se ve obligado a adquirir muebles nuevos cada década, al que se compra objetos sólo cuando ha de substituir los gastados. La industria lo requiere. Millones de hombres tienen trabajo gracias al cambio rápido". Parece que éste es el secreto de la economía nacional austriaca; cuántas veces, al producirse un incendio, se oyen las palabras: "¡Gracias a Dios, ahora la gente ya tendrá algo que hacer!". Propongo un buen sistema: Se incendia una ciudad, se incendia un imperio, y entonces todo nada en dinero y abundancia. Que se fabriquen muebles que, al cabo de tres años, puedan quemarse; que se hagan guarniciones que puedan ser fundidas al cabo de cuatro años, ya que en las subastas no se logra ni la décima parte de lo que costó la mano de obra y el material, y así nos haremos cada vez más ricos. La pérdida no sólo afecta a los consumidores, sino, sobre todo, a los productores.


Hoy en día, el ornamento, en aquellas cosas que gracias al desarrollo pueden privarse de él, significa fuerza de trabajo malgastada y material profanado. Si todos los objetos pudieran durar tanto estéticamente como lo hacen físicamente, el consumidor podría pagar un precio que posibilitara que el trabajador ganara más dinero y tuviera que trabajar menos. Por un objeto del cual esté seguro que voy a utilizar y obtener el máximo rendimiento, pago con gusto cuatro veces más que por otro que tenga menos valor a causa de su forma o material. Por mis botas pago gustoso cuarenta coronas, a pesar de que en otra tienda encontraría botas por diez. Pero, en aquellos oficios que languidecen bajo la tiranía de los ornamentistas, no se valora el buen o mal trabajo. El trabajo sufre a causa de que nadie está dispuesto a pagar su verdadero valor.


Y ya está bien así, pues las cosas ornamentadas sólo resultan soportables en la ejecución más deslucida. Puedo soportar un incendio más fácilmente si oigo decir que sólo se han quemado baratijas. Puedo alegrarme con las tonterías de la Künstlerhaus, porque sé que, lo que han montado en pocos días, se derribará en un momento. Pero tirar monedas de oro en vez de guijarros, encender un cigarrillo con un billete, moler y beberse una perla causan un efecto antiestético.




Verdaderamente los objetos ornamentados producen un efecto antiestético, sobre todo cuando se realizaron del mejor material y con el máximo esmero, y cuando han requerido mucho tiempo de trabajo. No puedo dejar de exigir ante todo trabajo de calidad, pero desde luego no para cosas de este tipo.

El hombre moderno, que considera sagrado el ornamento como signo de superioridad artística de las épocas pasadas, reconocerá de inmediato, en los ornamentos modernos, lo torturado, lo penoso y lo enfermizo de los mismos. Alguien que viva en nuestro nivel cultural no puede crear ningún ornamento.

Ocurre algo distinto con los hombres y pueblos que no han alcanzado este nivel. Predico para los aristócratas, quiero decir, para los que se hallan en la cima de la humanidad y que, sin embargo, comprenden profundamente los ruegos y exigencias del inferior. Comprenden muy bien al cafre, que entreteje ornamentos en la tela según un ritmo determinado, que sólo se descubre al deshacerla; al persa que anuda sus alfombras; a la campesina eslovaca que borda su encaje; a la anciana señora que realiza objetos maravillosos en cuentas de cristal y seda. Los aristócratas les dejan hacer, saben que para ellos, las horas de trabajo son sagradas. El revolucionario diría:

"Todo esto carece de sentido". Lo mismo que apartaría a una ancianita de la vecindad de una imagen sagrada y le diría: "Dios no existe". Sin embargo, el ateo -entre los aristócratas- al pasar por delante de una iglesia se quita el sombrero.



Mis zapatos están llenos de ornamentos por todas partes, constituidos por festones y agujeros, trabajo que ha ejecutado el zapatero y por el que no se le ha pagado. Voy al zapatero y le digo: "Usted pide por un par de zapatos treinta coronas. Yo le pagaré cuarenta". Con esto he elevado el estado anímico de este hombre, cosa que me agradecerá con trabajo y material, que, en cuanto a calidad, no están en modo alguno relacionados con la sobreabundancia. Es feliz. Raras veces llega la felicidad a su casa. Ante él hay un hombre que le entiende, que aprecia su trabajo y no duda de su probidad. En su imaginación, ya ve ante él los zapatos terminados. Sabe dónde puede encontrar la mejor piel, sabe a qué trabajador debe confiar los zapatos y éstos tendrán tantas festones y agujeros como los que sólo aparecen en los zapatos más elegantes. Entonces le digo: "Pero impongo una condición. Los zapatos tienen que ser enteramente lisos". Ahora es cuando le he lanzado desde las alturas más dichosas al Tártaro. Tendrá menos trabajo, pero le he arrebatado toda la alegria.


Predico para los aristócratas. Soporto los ornamentos en mi propio cuerpo si éstos constituyen la felicidad de mi prójimo. En este caso también llegan a ser, para mi, motivo de alegría. Soporto los ornamentos del cafre, del persa, de la campesina eslovaca, los de mi zapatero, ya que todos ellos no tienen otro medio para alcanzar el punto culminante de su existencia. Pero nosotros tenemos 'al arte, que ha sustituído al ornamento. Después del trabajo del día, vamos al encuentro de Beethoven o de Tristán. Esto no lo puede hacer mi zapatero. No puedo arrebatarle su alegría, ya que no tengo nada que ofrecerle a cambio. El que, en cambio, va a escuchar la Novena Sinfonía y luego se sienta a dibujar un modelo de tapiz es un hipócrita o un degenerado.


La carencia de ornamento ha conducido a las demás artes hasta alturas insospechadas. Las sinfonías de Beethoven no hubieran sido escritas nunca por un hombre que tuviera que ir metido en seda, terciopelo y puntillas. El que hoy en día lleva una americana de terciopelo no es un artista, sino un bufón o un pintor de brocha gorda. Nos hemos vuelto más refinados, más sutiles. Los miembros de las tribus tenían que distinguirse por medio de los colores, el hombre moderno necesita su vestido como máscara. Su individualidad es tan grande que ya no la puede expresar en prendas de vestir. La falta de ornamentos es un signo de fuerza intelectual. El hombre moderno utiliza los ornamentos de civilizaciones antiguas y extrañas a su antojo. Su capacidad de invención la concentra en otras cosas.

***


Dirigida a los chistosos con motivo de haberse reído del artículo Ornamento y delito (1910):

Queridos chistosos:
Y yo os digo que llegará el tiempo en que la decoración de una celda hecha por el tapicero de palacio Schulze o por el catedrático Van de Velde servirá como agravante de castigo.


ENLACE:ornamento y delito_adolf loos

* Imagen de inicio: GRAFFITI LAB  www.realitycues.com

El corazón de la Casa Azuma en Sumiyoshi (1976) _ TADAO ANDO

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"El viento que sopla a través de la Arquitectura"Tadao Ando 


El corazón de la Casa Azuma en Sumiyoshi, mi ópera prima, es un patio que ocupa una tercera parte del pequeño solar. Puede llegar a ser un sitio extremadamente frío en invierno, porque la naturaleza se introduce directamente en la vivienda, y los días de lluvia, se necesita un paraguas para ir al baño. Esta propuesta, que obliga a los habitantes a soportar incomodidades en su vida diaria, fue criticado por algunos como un ejemplo de comportamiento prepotente del arquitecto.






Pero, ¿cual es el aspecto de la vivienda que da a sus habitantes la alegría? Todo es una cuestión de valores. Ante el ambiente vulgar urbano de la ciudad de Osaka, pensé mucho sobre el significado de la vida y la vivienda, y llegué a la conclusión de que la convivencia con la naturaleza es fundamental para la vida humana. Limitaciones espaciales y presupuestarias eran extremadamente apretadas para esta vivienda urbana, y eso fue precisamente lo que fue prioritario, no una noción superficial de conveniencia, sino el poder ser capaz de mirar al cielo y sentir el viento.









Este pequeño proyecto fue el punto de partida de mis más de 30 años de actividad arquitectónica. A medida que pasan los años, las obras se han convertido en más grande y más complejas. Hoy en día, estoy comprometido en proyectos urbanos en países de todo el mundo, desde Europa y Estados Unidos para el Oriente Medio y Asia. 

Sin embargo, mi postura básica con respecto a lo que se expresa a través de la arquitectura se ha mantenido sin cambios - da igual si se trata de una casa adosada de hormigón de menos de 50 metros cuadrados de superficie, de una instalación monumental que están planeando en Abu Dhabi, o un proyecto de reestructuración urbana en Tokio que tiene el medio ambiente como tema principal- lo que siempre imagino es "El viento que sopla a través de la Arquitectura", agitando emociones de la gente, una arquitectura que convive con la naturaleza y purifica el espíritu.


Нет architecture


Bibliografía: TADAO ANDO: Edificios.Proyectos. Escritos
              Kenneth Frampton (ed.) GG Gustavo Gili 1985

Fuente: toto.co.jp 

marimarisu

OTEIZA _ las fronteras de la modernidad

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SÉ QUE VOLARÉ

no me alcanzaréis los muertos
en el propenso río
siempre dispuesto a acostarme
y si acostado siempre dispuesto
a no levantarme
y no me levantaré más
movediza
discontinua perdiz
muero subo al cielo
gota a gota
en el camino
me encuentro a mí mismo
gota a gota que regreso

resbala la tarde en el mojado día
vuelto de espalda en la lluviosa noche
sin un poco de rincón de sitio-suelo
movedizo lento caracol
la vecina noche
sé que volaré
corro en la noche
salto por encima para no hacerle daño
con mi camisón de loco
duermo en camisón para volar de noche




JORGE OTEIZA

Poema incluido en el volumen Poesía 
(Fundación Museo Jorge Oteiza; Alzuza, 2007)




La poliédrica creación artística, poética e intelectual de Oteiza (1908-2003), así como su acción cultural y política están tramadas por ideas, afecciones y paradojas tan dispares que resulta muy complejo sintetizarlas en unas notas breves. Muchos oteizas caben en su prolongada trayectoria, que constituye la memoria más relevante y significativa del arte y la cultura vasca del siglo XX. Se reconocía como el único sobreviviente de la vanguardia de artistas vascos en la República, y fue el mentor del nuevo y convulso renacer cultural iniciado con el proyecto de Arantzazu en los años cincuenta y prolongado, en la década siguiente, en la efímera experiencia de los grupos de la escuela vasca (Gaur, Orain, Emen y Danok).

 Arantzazu . Oteiza - Oiza

Su primera toma de contacto con los imaginarios de las primeras vanguardias artísticas le llega a través de la revista Cahiers d'Art, que consultaba durante los primeros años treinta en el estudio del genial arquitecto Aizpurua en Donostia. Durante su estancia americana (1935-1948), en Chile, Colombia y Argentina, conectará con otros movimientos poéticos y artísticos de ese contexto, al tiempo que profundiza en el conocimiento de las vanguardias internacionales y en el desarrollo de los lenguajes escultóricos que, en esa época, identifica en las formas ovaladas de Brancusi, en el ocho de Arp, en la forma poliédrica de Lipchitz y en el bastón de Picasso. Pero será en Buenos Aires hacia 1947 cuando quedará impactado por la escultura de Moore, cuyo ascendiente formal será notable en las obras que realizará hasta 1949.

Capilla en el Camino de Santiago, Francisco Javier Saénz de Oíza, José Luis Romaní, Jorge Oteiza, 1954.

Postulará un telos o meta del arte que pueda ser elucidado y anticipado por su teoría y experimentación, y que necesariamente debería concluir en el abandono de la práctica artística, dado que el arte le había formado para pasarse a la vida y a la ciudad "resumiendo todo conocimiento estético en Urbanismo y diseño espiritual". De la estatua-masa a la estatua-energía y de ésta al vacío conclusivo de sus cajas metafísicas: tal sería el programa definido por su acción creadora y teórica que tendrá como corolario su abandono de la escultura en 1960.

Tu ets Pere  (1956-57)

Sin embargo, sabido es que Oteiza prosiguió esporádicamente en ese ámbito creativo. Así, entre 1972 y 1974, reanuda su experimentación en el laboratorio experimental de maclas en tiza y en otros materiales, de donde extraería modelos para su aplicación en otras escalas. Pero, con todo, lo más sustantivo de su noción de laboratorio, reside en la importancia que le dio a la serie o familias de obras como poética procesual y no tanto a la obra única, singular y descontextualizada. Por esta razón resulta tan sorprendente y contradictorio la proliferación de obras monumentales y en una escala desorbitada que han servido para "adornar" espacios públicos. Realmente fueron magníficos sus frustrados proyectos arquitectónicos, desde el Monumento a Batlle, en Montevideo (1957-60) hasta el centro cultural La Alhóndiga en Bilbao (1989), que se encadenarán a otras tentativas fracasadas como la creación de un instituto de investigaciones estéticas, o la de impulsar una política cultural diferente por parte de las instituciones vascas.

   poliedro abierto. piedra 1958

Cabría decir que Oteiza es a la vez el artista más moderno y antimoderno de nuestro contexto. Siempre se moverá en un laberinto de paradojas. Ya desde una de sus primeras esculturas, Tangente S=E/A, presentada en 1931 hasta sus cajas metafísicas de 1959, encontramos una exigencia propia de la herencia vanguardista, a saber: una imbricación de propósitos míticos, estético-artísticos, científicos y religiosos.

caja metafísica, 1958

Asimismo, desde su primer ensayo, la Carta a los artistas de América (1944), refiere su concepción del artista como creador de una nueva mitología (herencia romántica, sin duda) y al mismo tiempo inicia una nueva teoría del arte como conocimiento, es decir, una ontología o metafísica del arte que le educará y nos servirá para curar la condición trágica de la existencia humana. Oteiza representa el caso más relevante de ese paradigma ilustrado y moderno que confía en la educación estética y en el arte como una escuela política de toma de conciencia. Por eso también prefería los combates a los homenajes en vida y reclamaba el papel de artista incómodo, disidente. Desde su reivindicación de lo sagrado mediante la creación y la experiencia estética, fue un artista opuesto a la modernidad y a su corriente desacralizadora. Pero desde su implicación de lo cosmopolita y lo vernáculo, de lo universal y lo particular, y en la convergencia de la herencia culta y la popular, se afirmó como un artista que entra y sale de la modernidad con una libertad genuina.

 apostoles en  Arantzazu

Hay, por otro lado, otras dimensiones problemáticas que también pertenecen a su universo de ideas y comportamientos. Por ejemplo, cierto afán dogmático presente en sus teorías y conclusiones que se defienden como las únicas posibles, o la mixtificación del origen de la cultura vasca relacionada asimismo con la sublimación de una idea de lo absoluto y de la comunidad ideal. Todo ello se acomoda mal con una concepción pluralista y democrática de lo social. Todo esos aspectos de su legado merecen una aproximación crítica y reflexiva que deberán ponderarse junto a la actualidad de su proyecto. La Fundación que lleva su nombre está llevando a cabo una meritoria labor de profundización y difusión de su compleja personalidad.

 escultura de marmol

Un aspecto sobresaliente y menos conocido es su producción poética, a la que se volcó para seguir su impulso creador, que no concluye, sino que se prolonga por otros medios. La creación poética mitigará en parte su amargura y le permitirá sublimar de otro modo su inconformista litigio con el mundo y la existencia. Su poemario Existe dios al noroeste se publicará en 1990 y ese mismo año afirmó que "La poesía suplanta a Dios. Te saca de las cosas y te asoma a algo en lo que tú estabas ya y te acerca más a ti mismo, alejándote de lo que te rodea. Con ella me siento protegido totalmente. Es una necesidad".

Oteiza ha sido un caso paradigmático de una genuina labilidad entre lo estético y lo político, entre las diferentes corrientes de la modernidad que han intentado dar forma al caos de la existencia y del mundo, y sublimar la condición trágica mediante el poder de salvación del arte.

Fernando Golvano es profesor de Estética y Teoría de las artes en la UPV.


ENLACES:



durable - traccionable _ Miguel Fisac*

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 Centro de Estudios Hidrográficos. Madrid, 1960-63.


El hombre rompe la ley que cumplen todos los seres vivientes de someterse a los límites espaciales que les marca su ecología. Animales y plantas desaparecen de los lugares en los que las condiciones ambientales les son adversas. El hombre persiste tercamente en vivir en lugares en los que las condiciones atmosféricas han cambiado drásticamente, como es el caso de las glaciaciones del Cuaternario: no se trata de construir débiles protecciones de chozas o sombrajos, se necesita aprovechar las grietas y cuevas de roca que han producido las alteraciones geológicas y los duros cambios metereológicos.



Pero el hombre de las cavernas tiene muy limitado el espacio aprovechable y es insuficiente para albergar el crecimiento de su población, que le obliga a inventar construcciones que resuelvan el problema físico pero también el psicológico de sentirse a gusto, que aquel espacio sea bello: así nació la Arquitectura.

Para las necesidades humanas ese espacio es el comprendido entre dos planos paralelos: suelo y techo para andar y moverse en todas direcciones. La sección de los elementos de la construcción requerida es lo que llamamos un dintel. Pero una sección adintelada tiene una pieza de cerramiento superior horizontal que ha de apoyarse en dos verticales.

Casa en la Bahia de Mazarrón. Murcia, 1964-1968.

Las tensiones ocasionadas por la gravedad someten a las piezas verticales a compresión, a aplastamiento, fáciles de absorber en los materiales pétreos de gran durabilidad. Las tensiones de la pieza horizontal, apoyado en las verticales, es mucho más difícil de resolver, porque el esfuerzo de flexión es un efecto complejo que si bien tiene zonas comprimidas, tiene otras traccionadas, estiradas, y los materiales de piedra son muy poco aptos, por su estructura molecular, para resistir esos esfuerzos. El resultado es que, para esas piezas estructurales, se tuvo que utilizar la madera, que es putrescible, con lo que el conjunto de la estructura duraba muy poco tiempo, como testimonian todas las ruinas de edificios antiguos.

El arco, la bóveda y la cúpula son soluciones técnicas de espacios cerrados para conseguir que las piezas de piedra trabajen en gran parte a compresión, absorbiendo con más o menos artificio, los empujes residuales. Y cuando estos empujes no eran suficientemente absorbidos, la bóveda se hundía, como tantas bóvedas de cañón románicas o cuando en edificaciones clásicas del Renacimiento los arquitectos tenían que recurrir a fabricar tirantes de redondos de hierro forjado, de ahí el juicio de Felipe II: “arquitectura que tiene hierro mucho yerro tiene”.
Pero la pureza antropomórfica del espacio adintelado, no había encontrado el material idóneo durable-traccionable.
El hormigón armado, material que trabaja como piedra y hierro, que absorbe bien los esfuerzos de tracción, resolverá el problema, aunque advirtiendo que si bien la absorción de las tensiones las resuelve bien la armadura de hierro, el hormigón también las recibe y, aunque no llega a notarse a simple vista, el hormigón se microfisura.


Laboratorios Jorba "La Pagoda". Madrid, 1968 / demolido en 1999.

Es precisamente con el hormigón pretensado cuando se obtiene ¡al fin! el primer material durable-traccionable, aunque sea a costa del artificio de comprimir previamente, con más tensión, el material que, posteriormente, al ponerlo en trabajo va necesitar de estiramiento.

Esta técnica que en las obras de ingeniería ocupa una utilización casi total en diferentes programas: puentes, grandes silos ¡hasta en carreteras!, y que es excepcionalmente adecuado en la arquitectura, como he podido comprobar con muy buenos resultados hace casi cuarenta años en mis obras, a pesar de los reducidísimos espesores realizados, es, pasmosamente, casi desconocido por los arquitectos que se han obsesionado por repetir en estructuras de grandes luces las redes tubulares de acero con arcos decimonónicos de tres articulaciones, con los resultados de que antes de veinte años, el más emblemático de todos ellos se ha podrido, y, un poco de tapadillo, tienen que volverlo a construir de nuevo, eso si, para mantener la imagen de una falsa tecnología punta.

Centro Cultural. Castilblanco de los Arroyos (Sevilla), 2000.

En el futuro de la profesión de arquitecto, cuando termine este periodo de elucubraciones extravagantes al servicio de la publicidad capitalista más delirante que padecemos, y pase a ser un servicio social serio, estoy convencido de que el hormigón ha de ocupar el lugar que le corresponde con la posibilidad de unas texturas y expresividad de gran belleza.


Miguel Fisac
Junio 1997



PHILIP JOHNSON _ Las siete muletillas de la arquitectura moderna *

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"El arte no tiene nada que ver con las ocupaciones intelectuales; no debería darse en las universidades. El arte debería practicarse en el arroyo, perdón, en las buhardillas.

Es tan imposible aprender arquitectura como lo es aprender la sensibilidad para la música o la pintura. No deberían ustedes hablar sobre arte; deberían hacerlo.

Charla informal dirigida a estudiantes de arquitectura.


Si da la impresión de que participo de las palabras es porque no hay otro modo de comunicarse. Tenemos que bajar al mundo que nos rodea, si es que queremos combatirlo.Hemos de utilizar palabras para devolver a la gente de «palabra» al sitio que le corresponde.

Por tanto, voy a atacar las siete muletillas de la arquitectura. Algunos de nosotros nos sentimos muy ufanos con las muletillas y pretendemos andar con ellas mientras los otros, esa pobre gente con dos pies, aguantan su ligero hándicap. Mas todos nosotros las utilizamos a veces y lo hacemos especialmente en las escuelas donde se tiene que usar el lenguaje. No deja de ser natural el hecho de usar el lenguaje cuando uno da clase, porque ¿cómo si no iban a puntuarles sus profesores? Les dicen: «mala entrada», o «baños no están pared con pared«, o «escalera demasiado estrecha», o «¿dónde está la habitación principal?», «la chimenea no tirará», «la cocina está demasiado lejos del comedor». No cabe duda de que es mucho más fácil para el claustro de profesores fijar un conjunto de reglas contra las cuales calificarles. Ellos no pueden decir «eso es feo» porque ustedes pueden contestar que para ustedes es bonito, y, ya se sabe, de gustibus non est disputandum, sobre el gusto no hay nada escrito. Las escuelas, por tanto, tienen una tendencia muy especial a usar estas muletillas. Yo también las usaría si estuviera dando clase porque no sería capaz de juzgar mejor que cualquier otro  profesor  los apoyos  extra estéticos.

La muletilla más importante de los últimos tiempos carece ya de validez;  es  LA MULETILLA  DE  LA  HISTORIA. En  los viejos tiempos siempre  se  podíauno apoyar en los libros. Uno podía argüir: «¿A qué se refiere cuando dice que no le gusta mi torre? Aquí la tiene en Wren.» O «Hicieron eso en el edificio de la Subsecretaría del Tesoro; ¿cómo es que yo no puedo hacerlo?» La Historia no nos molesta ahora mucho.

Sin embargo, la segunda muletilla todavía se encuentra entre nosotros aunque LA MULETILLA DEL «DIBUJO BONITO» haya desaparecido bonitamente. Algunos de nosotros yo soy uno de ellosconvertimos el plano bonito en una especie de culto. Se trata de una maravillosa muletilla, porque con ella puedes hacerte la ilusión de que estás creando arquitectura cuando en realidad estás haciendo bonitos dibujos. La arquitectura es fundamentalmente algo que construyes y donde la gente entra y va y les gusta. Pero eso es demasiado difícil. Los cuadros bonitos son más fáciles de hacer.

La siguiente, la tercera muletilla, es LA MULETILLA DE LA UTILIDAD. A mí se me formó en ella y yo mismo la he utilizado; era una vieja costumbre de Harvard.
Dicen que un edificio es buena arquitectura si funciona. Por supuesto que esto es música celestial. Todos los edificios funcionan. Este edificio (refiriéndose a Hunt Hall) funciona perfectamente... si hablo lo suficientemente alto. El Partenón probablemente funcionaba perfectamente para el tipo de ceremonias para las que lo usaban. Dicho en otras palabras, el mero hecho de que un edificio funcione no basta. Uno espera que un edificio funcione. Uno espera que hoy en día el grifo del agua caliente de una cocina dé agua caliente. Uno espera que cualquier arquitecto, sea licenciado por Harvard o no lo sea, coloque la cocina en el sitio idóneo. Pero, cuando esto se utiliza como muletilla, te tara. Te amodorra hasta el punto de creer que eso es arquitectura. Las reglas con las que a todos se nos ha formado: «el ropero debe estar cerca de la puerta delantera de una casa», «la ventilación cruzada es una necesidad», esas reglas no tienen mucha importancia en arquitectura. Que debemos tener una puerta delantera para entrar y una puerta trasera para sacar la basura. ¡Muy bien! Pero el otro día me di cuenta con horror de que yo sacaba la basura por la puerta delantera. Si el conseguir que una casa funcione se antepone a su invención artística, el resultado no será, en absoluto, arquitectura, sino simplemente un ensamblaje de partes útiles. Ya se darán cuenta de esto la próxima vez que hagan un edificio; se sentirán tan satisfechos cuando consigan que las plataformas de los ascensores se detengan en el piso que toca que creerán que su rascacielos está terminado. Lo sé; yo mismo estoy trabajando ahora en uno.

Esa muletilla, sin embargo, no es tan mala como la que viene: LA MULETILLA DE LA COMODIDAD. Es ésta una costumbre inveterada, lo mismo que la utilidad. Todos nosotros descendemos en cuanto a pensamiento de John Stuart Mill: Después de todo, ¿para qué sirve !a arquitectura si no es para la comodidad de la gente que vive dentro? Pero, cuando eso se convierte en una muletilla para hacer arquitectura, entonces el centro ambiental empieza a reemplazar a la arquitectura. Muy pronto estarán haciendo ustedes casas con control ambiental, lo que no es difícil de hacer, aunque puede que sus casas tengan una ventana en el lado oeste cuando lo que no pueden controlar es el sol. No hay alero en el mundo y no hay carta solar alguna en Harvard que pueda ayudarles. Porque el sol, claro está, se encuentra absolutamente en todas partes. ¿Saben lo que quieren decir cuando hablan de entorno controlado? Se trata del estudio de la «micro climatología», la ciencia que nos dice cómo recrear un clima de forma que nos encontremos cómodos. Pero, en realidad, ¿está uno cómodo? La chimenea, por ejemplo, se halla fuera de lugar en el entorno controlado de la casa; se calienta y dispara los termostatos. Con todo, a mí me gusta la belleza de los hogares, así que mantengo mi termostato al mínimo, a 60 grados Fahrenheit, y entonces enciendo un enorme fuego devorador para poderme mover de un lado a otro. Pero eso no es entorno controlado; soy yo quien controla el entorno. Es mucho más divertido.
Alguna gente dice que las sillas más bonitas son las que son cómodas. ¿Es eso cierto? Yo pienso que la comodidad es una función de si piensas que la silla es bonita o no lo es. Hagan ustedes mismos la prueba si quieren, aunque sé que no serán honrados conmigo. Yo he tenido las sillas de Mies van der Rohe en casa durante veinte años y las llevo vaya donde vaya a vivir. No son unas sillas muy cómodas, pero, si a la gente le gusta su aspecto, dicen: «¡Qué bonitas son estas sillas!», lo que, en realidad, es cierto. Entonces se sientan en ellas y dicen: «¡Y qué cómodas son!» Pero sí se trata del tipo de gente que piensa que curvar patas de acero es una forma muy fea de sostener una silla, entonces dirán: «¡Qué sillas más incómodas!»

LA MULETILLA DE LA BARATURA. Con esta muletilla ustedes los estudiantes aún no se han topado, ya que nadie les ha dicho que recorten el presupuesto diez mil dólares porque todavía no han construido nada. Pero ésta será su primera lección. Los muchachos de la baratura dirían: «Cualquiera puede construir una casa cara. Pero, miren, mi casa sólo costó 25 000 dólares.» Cualquiera que sea capaz de construir una casa de 25 000 dólares tiene buenas razones para sentirse orgulloso, pero me pregunto si al hablar de ello se estará refiriendo a arquitectura o a su habilidad económica. ¿Es de la muletilla de lo que había o es de arquitectura? Esa motivación económica se lleva en Nueva York a tales extremos, que la gente con mentalidad inmobiliaria considera antiamericano construir una Casa Lever con plantas bajas que no sirvan para alquilar. Creen que es un pecado arquitectónico no engrosar la cuenta bancaria.

Viene ahora una muletilla muy mala, con la que se encontrarán en una época mucho más tardía de sus carreras. Por favor, por favor, cuidado con esta muletilla, con LA MULETILLA DE SERVIR AL CLIENTE. Ustedes pueden verse libres de toda crítica si son capaces de decir: «Bueno, el cliente lo quería así.» Míster Hood, uno de nuestros arquitectos realmente importantes, hablaba exactamente así; era capaz de poner una puerta gótica en un rascacielos y decir: «¿Por qué no debo hacerlo? El cliente quería una puerta gótica en un rascacielos moderno y yo se la puse. ¿A qué me dedico yo si no? ¿No estoy yo aquí para agradar al cliente?» Les diré lo que me dijo uno de los muchachos antes de la conferencia: «¿Por dónde hay que cortar? ¿Cuándo te permiten las exigencias del cliente echarlo con cajas destempladas y cuándo cedes graciosamente?» Tiene que quedar muy claro, en el fondo de sus mentes, que servir al cliente es una cosa y que la arquitectura es otra.

Quizá la más problemática de todas sea LA MULETILLA DE LA ESTRUCTURA. Eso nos toca muy de cerca, porque está claro que yo mismo la uso continuamente. Y voy a continuar usándola porque uno tiene que utilizar algo después de todo. Igual le sucede a Bucky Füller, que va circulando de escuela en escuela. Parece un huracán; cuando llega, uno no se !o puede perder. Bucky Füller habla y habla durante cinco o seis horas y acaba diciendo que toda la arquitectura es absurda y que hay que construir cosas del tipo de las cúpulas discontinuas. Los argumentos que usa son hermosísimos. No es que yo tenga nada en contra de las cúpulas discontinuas pero, por Dios, no las llamemos arquitectura. ¿Han visto alguna vez a Bucky intentando poner una puerta en uno de sus edificios en forma de cúpula? Nunca lo ha conseguido, y muy sabiamente, cuando las hace, no las cubre de ninguna forma, y así sus piezas se convierten en magníficas piezas puramente escultóricas. La escultura no puede por sí misma dar lugar a arquitectura porque la arquitectura tiene unos problemas, como pueden ser el entrar y salir, con ¡os que Bucky Füller no se ha enfrentado. La estructura es una cosa muy peligrosa para aferrarse a ella. Se puede acabar creyendo que la estructura claramente expresada resultará en arquitectura por sí misma. Uno dice entonces: «Ya no tengo que proyectar más; lo único que tengo que hacer es construir un orden estructura! limpio.» Yo mismo he creído esto de vez en cuando. Es una muletilla que está muy bien porque, después de todo, si las crujías son todas iguales y todas las ventanas tienen el mismo tamaño, no puedes estropear demasiado un edificio.

Ahora bien, ¿por qué nosotros, en el estadio en que nos encontramos, tenemos que ser tan muletilleros? ¿Por qué no nos plantamos delante del acto de creación y le hacemos frente? El acto de creación, como sucede con el nacimiento o con la muerte, es algo a lo que uno debe hacer frente solo. No existen reglas; no hay nadie que pueda decirte si la elección que haces de entre, digamos, seis billones de proposiciones posibles de ventanas va a ser la correcta. Nadie puede entrar contigo en ese cuarto donde tomas las decisiones finales. Es algo de lo que no se puede escapar; ¿por qué luchar entonces contra ello? ¿Por qué no convencerse de que la arquitectura es el resultado de una serie de decisiones artísticas ineludibles? Si eres fuerte, puedes tomarlas.

Me gusta la idea de que lo que nosotros tenemos que hacer en este mundo es embellecerlo para que sea lo más hermoso posible. Así, las generaciones venideras podrán mirar ¡as formas que dejamos y sentir el mismo entusiasmo que siento yo al mirar ¡as pasadas, el Partenón, la catedral de Chartres. Esa es ¡a tarea que nos toca —dudo que pueda convencer a mi generación—; las dificultades son muchas, pero ustedes pueden lograrlo; pueden hacerlo si tienen la suficiente fortaleza para no preocuparse de muletas y para hacerse a la idea de que crear algo es una experiencia personal.

Me gusta cómo define Le Corbusier la arquitectura. Lo expresó del modo que me gustaría a mí haberlo hecho. Dijo: 

« L'architecture c'est le jeu, sa-vant, corred et magnifique des formes sous ia furniere» [«La arquitectura e's el juego correcto, sabio y magnífico de las formas bajo fa luz«]. 

El juego de las formas bajo la luz. Amigos míos, eso es todo lo que es. Poniéndole inodoros podéis incluso embellecerla, pero mucho antes de que se inventaran los inodoros, había ya gran arquitectura. Me gusta la definición de Nietzsche, ese europeo tan mal interpretado. Dijo: 

«En las obras arquitectónicas, el orgullo del hombre el triunfo del hombre sobre la gravitación, el deseo de poder, asumen forma visible. La arquitectura es una verdadera oratoria de poder realizada por la forma »

Ahora bien, mi posición con respecto a todo esto no es, claro está, tan individualista, tan directamente intuitiva como suena. Volviendo a la realidad, ¿qué nos toca hacer cuando no haya muletas a las que agarrarse? Soy un tradicionalista; creo en la Historia. Al hablar de tradición me refiero a llevar a cabo, en libertad, el desarrollo de un cierto enfoque básico que encontramos al empezar nuestro trabajo. No creo en la revolución perpetua de la arquitectura; no pretendo siempre ser original. Mies me dijo en una ocasión: 

«Philip, es mucho mejor ser bueno que ser original.» 

Y yo lo creo también así. Por fortuna, contamos con el trabajo de nuestros padres espirituales y podemos ir edificando sobre él. Por supuesto que nosotros los odiamos, como odian todos los hijos espirituales a sus padres espirituales; sin embargo, no podemos ignorarlos, como tampoco podemos negar su grandeza. Queda claro que los hombres a quienes me refiero son Walter Gropius, Le Corbusier y Mies van der Rohe. Debiera incluir también a Frank Lloyd Wright, el más importante arquitecto del siglo XIX. ¿No les parece maravilloso el contar con esa tradición, con la obra que han realizado esos hombres? ¿Piensan ustedes que hay una época mejor para vivir que la nuestra? Jamás en la Historia se delimitó la tradición tan claramente, jamás fueron los grandes hombres tan grandes, jamás fue posible aprender tanto de ellos, y al mismo tiempo poder hacer las cosas a nuestro modo, sin sentirnos constreñidos por un estilo y sabiendo que lo que hagamos será la arquitectura del futuro sin temor a estarnos metiendo en una vía muerta, como les sucede a los románticos de hoy, de quienes nada puede salir. En ese sentido soy un tradicionalista."


* Charla informal dirigida a estudiantes. Escuela de Diseño Arquitectónico Universidad de Harvard, 7 de diciembre de 1954; publicada en Perspecta 3, 1955, pp. 40 a 44.'



Este es todavía el mejor y más agudo análisis del compromiso de la teoría arquitectónica en una sociedad pluralista y existencialista. Pero, ¡cómo cambian las tornas! Ahora, para muchos arquitectos de la generación más joven, la temible muletilla ya no es el utilitarismo contra el que luchó Johnson durante su juventud arquitectónica, sino más bien el naciente historicismo. Y, a despecho de todas sus negativas y a pesar de lo abstractas y aparentemente no comprometidas que las imágenes de sus edificios pueden llegar a ser, en su ejercido profesional cotidiano Johnson continúa siendo funcionalista hasta la médula. Sólo nos es posible imaginar el impacto que las «siete muletillas» de Johnson causaron en 1954, fecha en la que se las enumeró por primera vez en el curso de una charla pronunciada en la Escuela de Diseño Arquitectónico. El rescoldo de las ideas de Gropius estaba todavía por esas fechas muy vivo en Harvard, y gran parte de lo que dijo Johnson no hay duda de que se consideró como herético por parte de! claustro de profesores, por no decir también por parte de los estudiantes. No es ninguna sorpresa el que la charla la publicaran los estudiantes de Yale, lugar donde los puntos de vista de Johnson encontraron mejor acogida que en Harvard. Mi propia lectura de la charla en Perspecta, cuando yo empezaba a estudiar arquitectura, hizo de mí un inmediato converso; como si se tratara de una contrapartida a lo que entonces parecían (y continúan pareciéndome a mí) las pseudorreglas de un estudio banal en su primer año de trabajo, aquí teníamos un documento que parecía decirlo todo. Con un par de compañeros de clase, me metí en un coche un sábado por la tarde, conduje hasta New Canaan y me apunté a ese seminario continuo sobre arquitectura que era la Casa de Vidrio y que la Universidad de Yale no incluía en sus programas de finales  de  los  años  cincuenta y principios  de  los  sesenta,  pero  que  existía  a pesar de todo y que indudablemente tuvo une influencia capital en toda ¡a generación siguiente de arquitectos formada en New Haven.
Entonces como ahora, Johnson signillca inteligencia, significa compromiso con la acción dentro del marco de las ideas, significa amor a la arquitectura considerada como manifestación de la cultura y no simplemente como subproducto de las matemáticas, de la utilidad y de la tecnología.
Robert A.M. Sterm



Bruno Zevi _ Saber ver la arquitectura

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"La definición más precisa que se puede dar hoy de la arquitectura es aquella que tiene en cuenta el espacio interior. La arquitectura bella será la arquitectura que tiene un espacio interno que nos atrae, nos eleva, nos subyuga espiritualmente; la arquitectura ‘fea’ será aquella que tiene un espacio interno que nos molesta y nos repele. Pero lo importante es establecer que todo lo que no tiene espacio interno no es arquitectura." 
Bruno Zevi | Saber ver la arquitectura
 
Carlos Raul Villanueva. Universidad Central de Venezuela, 1954.




LA ESCUELA DE CHICAGO _ Five Architects *

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Ornamento del Carson Pirie Scott Building de Louis Sullivan's
restaurado por Harboe Architects. Foto de Tim Samuelson 
  
Chicago es la ciudad de paso entre la Costa Este, la primera que se pobló, y la Oeste. Es la ciudad centro donde se acumularán una enorme cantidad de redes ferroviarias. Como consecuencia, en muy pocos años se convertirá en una gran metrópoli. Aquí es donde aparece, en el último cuarto del siglo XIX, un estilo diferente de arquitectura al que se llamará Escuela de Chicago.


Esta Escuela de Arquitectura conseguirá una rápida fama, sobre todo entre 1879 y 1893. Se caracterizará por su arquitectura comercial, cuya tipología más importante es el rascacielos, nuevo género arquitectónico inventado por ellos. La estructura básica característica de sus obras será de acero, lo que permitirá alcanzar grandes alturas sin engrosar excesivamente los muros y pilares. Aparecen nuevos sistemas de cimentación y estructuras y, además, crean el ascensor, como conexión entre plantas. Otra de sus características es que la estructura metálica se apreciará perfectamente en el exterior. Las fachadas no seguirán ningún lenguaje histórico.

Una fecha clave es 1871, cuando se produjo el gran incendio que arrasó con las típicas calles en retícula, casas de madera estilo Balloon y algunas con estructuras metálicas. Esto hará que se le dé especial importancia a los edificios de estructuras de acero con revestimiento de ladrillo.

En el centro de Chicago es donde principalmente se crearán los más importantes rascacielos, en el llamado Loop de Chicago, el barrio comercial y de negocios. La Escuela de Chicago es una de las primeras manifestaciones de modernidad: Programa nuevo, postura nueva, ruptura con la historia, adoptando los adelantos técnicos (climatización y ascensores). El rascacielos fue acogido desde un principio con un carácter concreto, fue entendido como un elemento constitutivo del paisaje urbano. Representaba un nuevo tipo de volumen interior continuo y una especie de punto de referencia espacial.

Vista del distrito administrativo de Chicago, hacia 1898.

Hay que señalar que los arquitectos se organizaron formando grandes sociedades u oficinas, donde se agruparán arquitectos, ingenieros, economistas, etc. Cinco de estos arquitectos son:


HENRY  RICHARDSON (1838-1886)

Es un arquitecto típicamente americano, es el padre deesta arquitectura. Wright lo consideraba supredecesor, pues entiende las necesidades americanas.
Richardson es un arquitecto historicista del siglo XIXque estudia en Europa, con el maestro Labrouste. Al llegar a Boston consigue una gran fama y una numerosa clientela.Creará un estudio con magníficos ayudantes.
Su arquitectura será unaalternativa del neogótico o neoclasicismo del momento. Usará el románico, principalmente, pero dejando marcadosu estilo, como la volumetría, el peso, como en el caso de la Iglesia de la Trinidad en Boston, en la que destaca la piedra yel volumen, que la hacen maciza. Es innovadora, pues hasta entonces no había ninguna Iglesia románica de esas características.

La iglesia de la Santísima Trinidad (1872-1877) en Boston

Otra obra será la Biblioteca Crane Memorial enQuincy, en la que destaca el tamaño y el carácter macizo del edificio por el empleo de piedra y un gran tejado continuo.
De este estilo será también el Ayuntamiento de North Easton, donde los arcos rebajados parecenuna cripta, todo de piedra en la primera planta. La segunda planta es más suelta, en este caso usa el ladrillo.


Biblioteca Crane Memorial en Quincy (1880-83)

Ayuntamiento de North Easton (1879-1881)


Su obra más importante va a ser el Marshall Field Store, que construirá en Chicago y servirá de modelo a la Escuela de Chicago. Construido en el año 1887 el Marshall Field, será reconocido por mucho tiempo como el prototipo del inmueble de oficinas. Su contundencia lo harán un edificio muy innovador y avanzado para la época, donde no se utilizó ninguno de los elementos clásicos.

Marshall Field Store (1885-1887)
 

WILLIAM LE BARON JENNEY (1832 -1907)

Arquitecto e ingeniero estadounidense, cuyas innovaciones en el terreno de la construcción fueron fundamentales en el desarrollo de los rascacielos. Estudió arquitectura e ingeniería en París, y más tarde regresó a Estados Unidos, donde participó en la Guerra Civil desde las filas del Ejército de la Unión. Después de la guerra abrió en Chicago su propio estudio de arquitectura. Allí trabajaron como aprendices Louis Sullivan, Daniel Burnham y la mayoría de los arquitectos que más adelante constituirían la Escuela de Chicago. La mayor aportación de Jenney fue la construcción de grandes edificios con estructura metálica.



El primer edificio que usa la estructura metálica enfundada en ladrillo, el primero a prueba de fuego, es el Home Insurance, con elementos historicistas de corte muy clásico (simetría, linealidad, etc.).


Home Insurance Company Building (1885, demolido en 1931)


El edificio First Leiter Building esel típico edificio comercial, aunque todavía tiene algunos elementos que recuerdan a los neoclásicos. El edificio está articulado según una retícula perfecta que señala donde se encuentra la estructura del edificio.

First Leiter Building (1879)


El Fair Store, otros grandes almacenes, de estructura metálica ocultada por la fachada pero que se percibe por la disposición de los elementos ornamentales exteriores.

Fair Store (1891–92)



HOLABIRD - ROCHE

William Holabird comenzó su educación en la Academia Militar de West Point, pero después de dos años se trasladó a Chicago y trabajó como dibujante para William Le Baron Jenney, que es a menudo llamado "padre de los rascacielos". Holabird fundó su propio estudio en 1880, y formó una sociedad con Martin Roche en 1881.

El edificio Tacoma Building es relativamente alto para la época. Tiene una estructura mixta, pues usa metal y piedra. Las ventanas, típicas de la Escuela de Chicago, asoman al exterior al estilo de miradores. No usa elementos historicistas ni hace referencia a ellos.

El estilo de la Escuela de Chicago presentó muchas novedades. La "ventana Chicago", creado el efecto que los edificios se compone de vidrio. Cada panel de vidrio grande estaba flanqueada por estrechas ventanas que pueden abrirse.
 
 
"ventana Chicago"


Tacoma Building 1889


El edificio Marquette es el típico rascacielos que permitía la multiplicación de plantas, a la vez que lo hacía el espacio. Esto dependía de las posibilidades económicas del cliente. Es del estilo de la Escuela de Chicago, sin decoración.



Marquette Building (1893-1894)



BURNHAM - ROOT


Daniel Hudson Burnham, es un arquitecto estadounidense nacido en 1846 (Henderson, Nueva York) y muerto en 1912 (Heidelberg). Tras no ser aceptado en universidades como Yale o Harvard, se formó como arquitecto junto a Le Baron Jenney. Conoció a John Wellborn Root en el estudio de Frank Lloyd Wright en Chicago y los dos arquitectos fundaron una asociación que prosperaría gracias al idealismo de Root y al pragmatismo de Burnham (Burnham & Root, 1873).

El Rookery Building es un edificio dorado que refleja el Sol. Es uno de los primeros edificios del estudio de Burnham y Root y uno de los más importantes de la época. Está muy recargado y usa elementos historicistas.

Rookery Building (1891)

El Reliance Building comenzó siendo un pequeño edificio de 5 plantas y llegó a tener 10 plantas más. Es uno de los edificios más bellos de la Escuela de Chicago. Su forma es muy espigada, con las ventanas típicas, que le dan movimiento. Entre ventanas hay frisos decorados como rosetones.

Reliance Building (1890-1895)

El Monadnock Building es un gran edificio exento de decoración. Tiene ventanas típicas, pero el estar alejada del centro histórico hizo que el dueño no se gastase dinero en decoración, por lo que sus fachadas se hacen muy planas. Esta sencillez dio al edificio una gran fama.
Lo que empezó siendo un problema económico terminó convirtiéndose en una escuela, adoptando los edificios la sencillez de fachada.

Monadnock Building (1884-1891)

Un edificio muy llamativo por su forma es el Flat Iron, situado en una de las esquinas más agudas de Brodway, en Nueva York. Este solar le sirve al constructor para hacer un edificio muy atrevido por su altura y estrechez.

Flat Iron (1901-1902) New York



LOUIS HENRY SULLIVAN

Es el personaje más importante de la Escuela de Chicago. Estudia en Massachusetts y después, al llegar a París, forma un estudio con Hatler, quien llevará la parte práctica. Formarán una empresa con Sullivan al frente. También formó parte del estudio de Le Baron Jenney.
Su primer gran edificio fue el Auditorium, que dio cabida a un hotel, oficinas, auditorio de 4000 plazas, etc. Destaca su aspecto masivo, influenciado por Richardson : volumen, piedra, portada con arcos de medio punto con pilares muy gruesos, etc. Es una composición clásica, muy historicista, tema que le preocupó bastante.

Edificio Auditorium (1886-1889)

Sullivan es el único arquitecto "moderno" americano, lo que se puede apreciar en la decoración interior de sus edificios, como en el caso de las barandillas de hierro, escalera y escayolas, es decir, el gusto por los materiales y su decoración, influenciado por Europa y, sobre todo, por Horta.

La preocupación formalista y decorativa del interior la usa también en el exterior. Pensaba que el rascacielos podía ser un edificio artístico y llegar a ser una gran obra.

El edificio Walker también tiene influencia de Richardson, aunque avanza algo en lo referente a fachadas planas. Sin embargo, el estilo y la disposición es clásica (disposición tripartita).

Walker Warehouse, Chicago, 1888-89

El edificio Wainwright, en San Luis, típica de la Escuela de Chicago, repite las plantas, que descansan en una peana, de planta baja, con gran tendencia ascendente por sus largas pilastras. Esto queda rematado por una gran cornisa,decorado, al igual que los antepechos de los balcones, con diseños modernistas suyos.

Wainwright Building, St. Louis, 1890


El edificio Guaranty también tiene una disposición tripartita clásica : una primera parte o planta baja de entrada, una gran parte central en la que se repiten las plantas, y una superior que oculta toda la maquinaria del edificio. La decoración, sobre todo en la entrada, es modernista.

Guaranty (Prudential) Building, Buffalo, NY, 1894-95


En los Grandes Almacenes Carson - Pirie - Scott, terminados a principios del siglo XX, destaca no la verticalidad sino la horizontalidad, remarcada por las estructuras metálicas de los balcones y un gran friso de entreplantas. Sigue también una disposición tripartita. La parte superior queda remarcada por la oscuridad que le da la cornisa. La horizontalidad es un antecedente del expresionismo que surgirá en Alemania. Llama la atención el tratamiento de la esquina, redondeada, y la excesiva decoración.

Carson, Pirie, Scott Department Store, Chicago, 1903-04


Sus últimos encargos eran edificios relativamente pequeños, como el National Farmer's Bank, donde Sullivan sigue investigando en el uso de los materiales y su combinación, como en la gran vidriera central y los ladrillos rojos. Hace referencia al mundo islámico, sobre todo en el alfiz, elemento que rodea los huecos, el ladrillo y la cerámica.

National Farmer's Bank (107-1908)


Creditos:
Chicago Historical Society


Links:

William Le Baron Jenney (American engineer and architect)

Fair Store (building, Chicago, Illinois, United States)

skyscraper (building)

Citas:
 
MLA style:Fair Store. Photograph. Encyclopædia Britannica Online. Web. 9 Mar. 2012. <http://www.britannica.com/EBchecked/media/112823/Construction-of-the-Fair-Store-designed-by-William-Le-Baron>.

APA style:Fair Store. [Photograph]. In Encyclopædia Britannica. Retrieved from http://www.britannica.com/EBchecked/media/112823/Construction-of-the-Fair-Store-designed-by-William-Le-Baron 

Harvard style:Fair Store. [Photograph]. Encyclopædia Britannica Online. Retrieved 9 March 2012, from http://www.britannica.com/EBchecked/media/112823/Construction-of-the-Fair-Store-designed-by-William-Le-Baron 

Chicago Manual of Style:Fair Store, Photograph, from Encyclopædia Britannica Online, accessed March 9, 2012, http://www.britannica.com/EBchecked/media/112823/Construction-of-the-Fair-Store-designed-by-William-Le-Baron

Consejos a un joven arquitecto _ Frank Lloyd Wright

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"Considera tan importante el construir un gallinero como una catedral.
El caracter puedo ser grande en lo pequeño y pequeño en lo grande."


Olvida a los arquitectos del mundo entero, salvo como algo elogiable,
a su manera y en su tiempo.

No te embarques en la arquitectura como medio de ganar la vida, salvo
si te gusta la arquitectura y si estás preparado para serle fiel como
a tu madre, a tu camarada o a ti mismo.

Desconfía de las escuelas de arquitectura, salvo como interpretes de
la ciencia del ingeniero.

Aprende a distinguir lo curioso de lo bello.

Desconfía como del veneno de la idea americana del "time is money",
llegar a la profesión medio preparado es vender tu derecho de nacimiento como arquitecto por nada, o morir pretendiendo que eres arquitecto.

Considera tan importante el construir un gallinero como una catedral.
El caracter puedo ser grande en lo pequeño y pequeño en lo grande.

No participes en ningún concurso de arquitectura, salvo en el caso de
que seas un debutante. Ningún concurso ha dado nunca al mundo nada de
bueno. El jurado forma ya en sí mismo una media. Lo primero que hace
un jurado es mirar todos los dibujos y arrojar los mejores y los
peores, ya que, puesto que representa la mediana de los arquitectos,
no puede hacer una media más que sobre proyectos medianos.

No es preciso comercializarlo todo en la vida, bajo pretexto de que
tu destino es vivir en la edad de la maquina. La arquitectura marcha
hoy por las calles como una prostituta, ya que encontrar un cliente
se ha convertido en el primer principio del arquitecto.
En arquitectura, es el trabajo quien debe venir a buscar al arquitecto y
no el arquitecto quien debe encontrar el trabajo. En arte, el trabajo
y el hombre son amigos. No pueden ni venderse ni comprarse el uno al
otro.


(Extractos de "Modern architecture", 1931, publicado en "Writing and buildings" de F. Lloyd Wright, Meridian Books, Nova York)



"De un pobre hombre rico" _ ADOLF LOOS

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En 1896 Adolf Loos regresa a Viena, después de pasar varios años en Chicago. Loos inicia así su carrera, diseñando interiores y sobre todo escribiendo artículos de toda índole. En 1908 publicó  "Ornamento y delito", texto imprescindible para entender la evolución de la arquitectura moderna.

En ornamento y delito, Loos rechaza el concepto de "Arte" cuando se aplicaba al diseño de objetos para el uso cotidiano, y contrapone claramente ARTE y UTILIDAD, colocando a la arquitectura en el ámbito de la mera utilidad.

"La arquitectura no es un arte...cualquier cosa que tenga una finalidad concreta está excluida de la esfera del arte"

Sobre este tema ya había escrito en 1900, en forma de fábula la historia"de un pobre hombre rico". En ella Loos traza el destino de un acaudalado hombre de negocios que había encargado a un arquitecto* Sezessionista proyectar para él una casa "total", que incluyera no sólo el mobiliario, sino incluso las ropas de sus habitantes.

TEXTO:
"De un pobre hombre rico"_ Von einem armen, reichen Mann 
Neues Wiener Tablatt, Viena, 26 de Abril de 1900. 

Quiero hablaros acerca de un pobre hombre rico. Tenía dinero y bienes, una mujer fiel que, con un beso en la frente, le liberaba de las preocupaciones que traían los negocios, un corro de hijos que hubiera provocado la envidia del más pobre de sus trabajadores. Sus amigos le querían, pues todo lo que emprendía prosperaba. Pero hoy la situación es muy, muy distinta. Y así ocurrió: 

Un día ese hombre se dijo: «Tienes dinero y bienes, una mujer fiel e hijos, por los que te envidiaría el trabajador más pobre. Pero ¿eres feliz? Date cuenta que hay personas que carecen de todo por lo que se te envidia. Pero sus preocupaciones las ahuyenta un gran mago, el arte. ¿y qué es para ti el arte? No lo conoces ni siquiera de nombre.

Cualquier advenedizo puede entregarle su tarjeta de visita y tu criado le abrirá de par en par. Pero al arte todavía no lo has recibido en tu casa. Yo sé bien que no vendrá. Pero iré en su búsqueda. Debe instalarse y habitar en mi casa como un rey». 

Era un hombre de mucha fortaleza, lo que asía era resuelto con energía. Era lo acostumbrado en sus negocios. Así, acudió ese mismo día a un famoso arquitecto y le dijo: «Tráigame usted arte, arte entre mis cuatro paredes. El gasto no importa». 

El arquitecto no dejó que se lo dijeran dos veces. Fue a casa del hombre rico, echó fuera todos sus muebles, hizo venir un ejército de colocadores de parquet, estucadores, barnizadores, albañiles, pintores de paredes, ebanistas, fontaneros, fumistas, tapiceros, pintores y escultores y ¡zas!, sin darse cuenta se había atrapado, empaquetado, bien guardado el arte entre las cuatro paredes del hombre rico. 

El hombre rico era más que feliz. Más que feliz paseaba por las nuevas habitaciones. Donde quiera que mirara había arte, arte en todo y por todo. Agarraba arte cuando agarraba un picaporte, se sentaba sobre arte cuando tomaba asiento en un sillón, apoyaba su cabeza en arte cuando cansado la apoyaba en las almohadas, su pie se hundía en arte cuando andaba sobre las alfombras. Se deleitaba en arte con enorme fervor. Desde que su plato también había sido decorado con motivos artísticos, cortaba su boeuf à l'oignon con doble energía. 

Se le alababa, se le envidiaba. Las revistas de arte glorificaban su nombre como uno de los primeros en el reino de los mecenas, sus habitaciones fueron retratadas, comentadas y explicadas para servir como modelo a las reproducciones. 

Pero lo merecían. Cada estancia constituía una determinada sinfonía de colores. Pared, muebles y telas estaban combinados de la manera más refinada. Cada objeto tenía su lugar idóneo y estaba ligado a los demás en unas combinaciones maravillosas. 

El arquitecto no había olvidado nada, absolutamente nada. Ceniceros, cubiertos, interruptores, todo, todo había sido combinado por él. Y no se trataba de las artes arquitectónicas vulgares, no, en cada ornamento, en cada forma, en cada clavo estaba expresada la individualidad del propietario. (Una labor psicológica cuya dificultad reconocerá cualquiera.) 

El arquitecto, sin embargo, rechazaba todos los elogios modestamente. Porque, decía él, estas habitaciones no son mías. Allá en frente, en el rincón, hay una estatua de Charpentier. Y, al igual que yo le reprocharía a cualquiera que afirmara haber diseñado una habitación aunque hubiese usado tan sólo uno de mis picaportes, del mismo modo yo no puedo decir que estas habitaciones han sido concebidas por mí. Esto eran palabras nobles y consecuentes. Cierto ebanista, que quizás empapeló su habitación con papel pintado de Walter Crane y que, a pesar de todo, se atribuía los muebles que ahí se encontraban por haberlos proyectado y ejecutado él mismo, se avergonzaba hasta lo más profundo de su negra alma al enterarse de estas palabras. 

Volvamos tras esta divagación a nuestro hombre rico. Ya he dicho lo feliz que era. Una gran parte de su tiempo la dedicó a partir de entonces sólo al estudio de su vivienda. Pronto se dio cuenta de que debía estudiarla. Había mucho que memorizar. Cada objeto tenía su lugar concreto. El arquitecto se había portado bien con él. Había pensado en todo con antelación. Para la cajita más pequeña había un lugar concreto, hecho intencionadamente para ella. 

La vivienda era cómoda pero, para la cabeza, muy fatigante. Por ello, durante las primeras semanas, el arquitecto vigiló en qué forma se desenvolvían para que no incurrieran en ningún error. El hombre rico se esforzaba. Pero ocurrió que, distraídamente, dejó un libro que sostenía en la mano en el cajón destinado a los periódicos. O que depositó la ceniza de su cigarro en aquel hueco de la mesa destinado al candelabro. Cuando se había cogido un objeto, adivinar y buscar el antiguo lugar que le correspondía no tenía fin, y en alguna ocasión tuvo el arquitecto que consultar los planos de detalle para volver a encontrar el lugar que le correspondía a una caja de cerillas. 

Donde el arte aplicado había conseguido tales triunfos, no podía quedarse atrás la música aplicada. Esta idea tenía muy preocupado al hombre rico. Hizo una solicitud a la compañía de tranvías con la cual intentaba que en sus vehículos utilizaran el motivo de campanas de Parsifal en lugar de sonidos sin sentido. En la compañía no le hicieron caso. Todavía no daban suficiente acogida a ideas modernas.

A cambio, se le permitió que pavimentara, a su cargo, la zona frente a su casa, de modo que cada vehículo estuviera obligado a pasar por delante al ritmo de la marcha de Radetzky. También los timbres eléctricos de sus salones fueron provistos con motivos de Wagner y Beethoven y todos los profesionales de la crítica de arte alababan en gran manera al hombre que había abierto un nuevo dominio "al arte en los artículos de uso".

Como puede imaginarse, todas estas mejoras hicieron al hombre aún más feliz.  Pero no puede callarse que procuraba estar el menor tiempo posible en casa. Y es que, de vez en cuando, se desea descansar un poco de tanto arte. ¿O podría usted vivir en una galería de cuadros? ¿O estar sentado meses enteros en «Tristán e Isolda»? En fin, ¿quién le iba a reprochar que recurriera de nuevo al café, al restaurante o a los amigos y conocidos para reunir fuerzas para estar en su casa? Se lo había imaginado distinto. Pero el arte requiere sacrificios. Ya había llevado a cabo tantos. Los ojos se le humedecían. Pensaba en muchas cosas viejas a las que había tenido tanto cariño ya las que, de vez en cuando, echaba de menos. ¡El gran butacón! Su padre siempre había hecho la siesta en él. ¡El viejo reloj! ¡Y los cuadros! ¡Pero el arte lo exige! ¡Ante todo, no aflojar! 

Ocurrió que una vez celebraba su cumpleaños. La mujer y los hijos le habían colmado de regalos. Las cosas le agradaron sobremanera y le produjeron cordial alegría. Poco después llegó el arquitecto para comprobar que todo estaba en orden y dar respuesta a cuestiones difíciles. 

Entró en la habitación. El dueño le salió contento al encuentro pues tenía muchas preguntas que formular. Pero el arquitecto no advirtió la alegría del dueño. Había descubierto algo muy distinto y palideció: 

«Pero, ¡qué zapatillas lleva usted puestas!», exclamó con voz penosa. 

El dueño miró su calzado bordado. Pero respiró aliviado. Esta vez se sentía totalmente inocente. Las zapatillas habían sido confeccionadas fielmente de acuerdo con el diseño original del arquitecto. Por ello replicó con aire de superioridad: 

«¡Pero, señor arquitecto, ¿lo ha olvidado? Las zapatillas las ha diseñado usted mismo!» 

«¡Ciertamente!, tronó el arquitecto, pero para el dormitorio. Usted está estropeando todo el ambiente con esas dos horribles manchas de color. ¿No se da usted cuenta?» 

El dueño de la casa lo vio inmediatamente. Se quitó rápidamente las zapatillas y se alegró tremendamente de que el arquitecto no encontrara imposibles también sus calcetines. Se dirigieron al dormitorio donde el hombre rico pudo volverse a calzar las zapatillas.

«Ayer, empezó tímidamente, celebré mi cumpleaños. Los míos me colmaron de regalos. Le he hecho llamar, querido señor arquitecto para que nos aconseje sobre cuál es la mejor manera de colocar los objetos.» 

La cara del arquitecto se alargaba visiblemente. Entonces estalló:

«¡Cómo se le ocurre dejarse regalar algo! ¿No se lo he diseñado yo todo? ¿No lo he tenido ya todo en cuenta? Usted no necesita nada más. Está usted completo.» 

«Pero, se permitió replicar el dueño de la casa,  ¡todavía podré comprarme algo!» 

«¡No, no puede usted! ¡Nunca más y nada más! Sólo me faltaba esto.

Cosas que no hayan sido diseñadas por mí. ¿No he hecho suficiente permitiéndole el Charpentier? ¡La estatua que me roba toda la fama de mi trabajo! ¡No, no puede comprarse usted nada más!» 

«¿Y si mi nieto me regala un trabajo del jardín de infancia?» 

«¡Pues no puede usted aceptarlo!» 

El dueño de la casa estaba anonadado. Pero aún no había perdido. 

«¡Una idea, ya la tengo, una idea!: ¿y si quisiera comprarme un 
cuadro de la Sezession?» preguntó triunfante. 

«Intente colgarlo en algún sitio. ¿No ve usted que ya no queda sitio para nada más? ¿No ve usted que para cada cuadro que le he colgado le he compuesto un marco en la pared, en el muro? No puede desplazar ni un solo cuadro. Intente usted colocar un nuevo cuadro.» 

Entonces se produjo un cambio en el hombre rico. El hombre feliz se sintió de repente profunda, profundamente desdichado. Vio su vida futura. Nadie podía proporcionarle alegría. Debería pasar sin deseos frente a las tiendas de la ciudad. Para él ya no se creaba nada más. Ninguno de los suyos le podía regalar su retrato, para él ya no existían más pintores, más artistas, más oficios manuales. Estaba cortado del futuro vivir y aspirar, devenir y desear. Sentía: ahora debo aprender a vagar con mi propio cadáver. 

Cierto: ¡Está completo!, ¡Está acabado!


"De un pobre hombre rico" Von einem armen, reichen Mann 
Neues Wiener Tablatt, Viena, 26 de Abril de 1900. 
Adolf Loos

arquitecto* : El arquitecto en cuestión era Joseph Maria Olbrich 

Imagen de inicio: Caricatura de Karl Arnold: Van de Velde propone una silla individual,Muthesius propone la silla tipo, y el carpintero hace la silla para sentarse.


AUGUSTE PERRET _ Casa de la rue Franklin nº 25 bis (1902-1903)

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Casa de la rue Franklin nº 25 bis (1903)

Auguste Perret (1873-1954) construyó lo que seguramente es la primera casa de pisos con estructura de hormigón armado. Se trata de una vivienda de ocho pisos, edificada en un solar de poca profundidad, lo que imposibilitaba la existencia de un patio de luces interior, por lo que sólo se podían tomar luces directas desde la calle.


"Perret proyecta entonces una planta en U, y en la parte central retranqueada encaja dos balcones a 45 grados, aumentando así la superficie de fachada para resolver la iluminación directa de los espacios interiores. La planta tipo presenta, además de la escalera y de los servicios, cinco piezas, tantas como determina el tratamiento de las paredes descrito. Estos locales pueden ser modificados en número y en forma, gracias a la disposición de los pilares, sólo disponiendo de otra manera los tabiques que los separan. El arquitecto consigue así una planta libre a pesar de la estrechez de la superficie disponible". (De Fusco, R. ob. cit., pág. 188-191)

Planta en U


De las distintas lecturas que podemos hacer de este edificio, subrayamos las siguientes aportaciones: 

  • un articulación de los valores expresivos y distributivos de la obra en torno a la estructura de hormigón; 
  • la eliminación de los muros en la planta baja ; la variación en altura del edificio (tras cinco pisos de alzado uniforme, retranquea los superiores con dos niveles de áticos y una azotea).
  • el establecimiento del ritmo lineal a través de los elementos estructurales de hormigón armado. 
  • el revestimiento de cerámica, que en las vigas y soportes es de tiras lisas, mientras que en los paneles tiene motivos florales, con los que se distingue la estructura portante de la parte soportada del edificio (el garaje de la calle Ponthieu de 1905, se cierra con un gran rosetón de hierro y cristal, en la iglesia de Notre Dame-du-Raincy de 1922 y en la de Santa Teresa de Montmagny de 1926 el cerramiento se construye con una malla de pequeños motivos geométricos, también de hormigón armado).
  • el predominio de los vanos sobre los macizos ante la dificultad de dar luces a todos los espacios; la traducción a elementos lineales y pórticos rígidos la fluidez plástica del hormigón; la disposición en planta de las pilastras que le permite el máximo aprovechamiento y la mayor libertad de los espacios internos.


"La verdadera importancia no consiste tanto en la novedad como en el hecho de que el elemento estructural ha experimentado la voluntad conformadora de un espíritu arquitectónico que le ha conferido una expresión, un ritmo, una ordenación: "l'architecture n'es pas dans la matière, elle est dans l'ordonnace"; recordémoslo en particular para este ejemplo, porque los historiadores, presos del entusiasmo de la primicia, han olvidado demasiadas veces su sabor". (Rogers, E.N. (1955), Auguste Perret. Milán. Il Balcone, pág. 25).

Una de sus mayores aportaciones al lenguaje arquitectónico moderno es la de haber definido con absoluta claridad las relaciones entre los elementos de soporte y los soportados, así como el haber experimentado con soluciones y elementos que serán patrimonio común del lenguaje arquitectónico posterior, válidos hasta la actualidad, y que Le Corbusier tan sabiamente desarrollará: la cubierta plana con jardín colgante, la presencia de los amplios entrantes y salientes en la fachada, el uso de las vidrieras, la plata que utiliza al máximo el espacio que deja libre la construcción en esqueleto...




Bibliografía:

Gillo Dorfles (1980), La arquitectura moderna. Barcelona. Ariel. Col. Ariel quincenal 151, págs. 36-39

Renato de Fusco (1981), Historia de la arquitectura contemporánea. Madrid. Blume. Págs. 173-76 y 188-191

Fernando Chueca Goitia (1992), La arquitectura: del Barroco a nuestros días. Barcelona. Carroggio S. A. de Ediciones. Tomo 4º de la Historia del Arte. Pág. 217-218

Giulio Carlo Argan (1976), El arte moderno. Valencia. Fernando Torres ed. 2ª ed. Vol. 1, pág 236-237



RECOMENDACIONES A LOS ARQUITECTOS _ Walter Gropius

Le Corbusier ‘pure’ painter

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There is no such thing as a ‘pure’ sculptor, a ‘pure’ painter, or a ‘pure’ architect. The three-dimensional event finds its fulfillment in an artist …


 Annibal Simla (1951)

...If you want to attribute any importance to my architecture you need to discover the sources in my painted work, my secret search for aesthetic perfection which I have pursued my entire life. 

Le Corbusier, 1948

“Femme et coquillage,” 1948. 
Photo courtesy of Tallinn Technical University.

THEO VAN DOESBURG _ “Hacia una arquitectura plástica” (1924)

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Spatiotemporal Construction II, 1924. 
Theo van Doesburg © Museo Thyssen



Forma. 
La abolición de todo concepto de forma en el sentido de un tipo preestablecido tiene una importancia esencial para el sano desarrollo de la arquitectura y el arte en general. En vez de utilizar e imitar estilos anteriores como modelos, se debe plantear completamente de nuevo el problema de la arquitectura.

La nueva arquitectura es elemental, es decir, se desarrolla a partir de los elementos de la construcción en el sentido más amplio. Estos elementos — como función, masa, superfi­cie, tiempo, espacio, luz, color, material, etc. — son plásticos.
La nueva arquitectura es económica, es decir, emplea sus medios elementales de la forma más eficaz y menos dispendiosa posible y no despilfarra estos medios ni el material.
La nueva arquitectura es funcional, es decir, se desarrolla a partir de una exacta determinación de las exigencias prácticas, que establece en esquemas claros.
La nueva arquitectura es informe aunque exactamente definida, es decir, que no está sometida a ningún tipo de forma estética establecida. No posee ningún molde (como los de los pasteleros) para elaborar las superficies funcionales resultantes de exigencias prácticas, vivas. […]
Ese espacio funcional está dividido estrictamente en superficies rectangulares, que no po­seen ninguna individualidad por sí mismas.

Aun cuando cada una está definida en función de las demás, pueden concebirse como si se extendieran hasta el infinito. Constituyen, por tanto, un sistema coordinado, en el cual todos los puntos corresponden a un número igual de puntos en el universo. De ello se desprende que las superficies tienen una relación directa con el espacio infinito.
La nueva arquitectura ha independizado el concepto de monumental de lo grande y lo pequeño (puesto que la palabra «monumen­tal» está deteriorada, se sustituye por la pala­bra «plástico»). Ha demostrado que todo existe sobre la base de las interdependencias de relaciones.
La nueva arquitectura no posee ningún factor pasivo. Ha superado la abertura (en la pared). La ventana con su abertura desempeña un papel activo en oposición al cerramiento de la superficie de los muros. En ninguna parte aparece una abertura o un vano en primer plano, todo está rigurosamente determinado por contraste. Compárense las diversas contra construcciones en las cuales los elementos de que consta la arquitectura (superficie, línea y masa) se hallan libremente situados en una relación tridimensional.

La planta.
La nueva arquitectura ha abierto las paredes y ha eliminado así la división entre el interior y el exterior. Las paredes han dejado de ser portantes, sólo son puntos de apoyo suplementarios. El resultado es una planta nueva, abierta, completamente distinta de la clásica, pues el interior y el exterior se interpenetran.
La nueva arquitectura es abierta. El conjunto está formado por un espacio dividido de acuerdo con las diversas exigencias funcionales. (...)  En la próxima fase de desarrollo de la arquitectura, la planta debe desaparecer por completo. La composición bidimensional del espacio, que se establece en esa planta, se sustituirá por un cálculo exacto de la construcción — un cálculo mediante el cual la capacidad de carga quedará limitada a los puntos de apoyo más simples, pero también más resistentes […].

Espacio y tiempo.
La nueva arquitectura tiene en cuenta no sólo el espacio, sino también la magnitud tiempo. A través de la unidad de espacio y tiempo el exterior arquitectónico adquirirá un aspecto nuevo y completamente plástico.
La nueva arquitectura es anticúbica, es decir, no trata de combinar todas las células espaciales funcionales en un cubo cerrado, sino que proyecta las células espaciales funcionales (así como las superficies que las cubren, balcones, etc.) centrífugamente desde el centro del cubo. De este modo la altura, la longitud y la pro­fundidad más el tiempo adquieren una expre­sión plástica completamente nueva en espacios abiertos. De esta manera, la arquitectura logra un aspecto más o menos fluctuante (corresponde al ingeniero saber hasta qué punto ello es posible desde el punto de vista cons­tructivo), que contrarresta por así decirlo la fuerza de gravedad de la naturaleza.

Simetría y repetición.
La nueva arquitectura ha eliminado tanto la monótona repetición como la rígida regularidad de las dos mitades — la imagen en el espejo, la simetría —. Un bloque de casas es un conjunto en el mismo sentido que lo es la casa individual.

Las leyes que son válidas para la casa individual, también lo son para el bloque de viviendas y para la ciudad. En vez de simetría, la nueva arquitectura ofrece una relación equilibrada entre partes dispares, es decir, de partes que se diferencian unas de otras por su posición, dimensiones, proporción y situación, en virtud de sus peculiaridades funcionales. La equivalencia de estas partes se basa en el equilibrio de su desigualdad y no en su igualdad. Además, la nueva arquitectura ha convertido las partes delantera, trasera, derecha, superior e inferior en factores de igual valor.

Color.
La nueva arquitectura ha abolido la pintura como expresión separada e imaginaria de armonía […]. La nueva arquitectura admite el uso orgánico del color, como medio directo de expresión de sus relaciones en el espacio y el tiem­po. Sin color, estas relaciones no son reales, sino invisibles.

El equilibrio de las relaciones orgánicas sólo adquiere realidad visible por medio del color. La tarea del pintor moderno consiste en crear con ayuda del color un conjunto armónico en el nuevo campo espaciotemporal de cuatro dimensiones, y no una super­ficie de dos dimensiones. En una posterior fase de desarrollo el color también se podrá sustituir por un material desnaturalizado que tenga su propio color específico (problema para el químico), pero sólo en el caso de que exigencias prácticas requieran este material.
La nueva arquitectura es antidecorativa. El color (y esto es algo que los temerosos del mismo deben tratar de comprender) no es una parte decorativa de la arquitectura, sino un medio orgánico de expresión suyo.

Café-restaurant.
C. van Eesteren & Theo van Doesburg (1924)



La arquitectura como síntesis del neoplasticismo.
La construcción es una parte de la nue­va arquitectura que, al reunir todas las artes en sus manifestaciones más elementales, reve­la su verdadera esencia. […]

Dado que la nueva arquitectura no admite imágenes de ningún género (como pinturas o esculturas como elementos separados), su propósito de crear un conjunto armónico con todos los medios esenciales es evidente desde el principio. De este modo, todo elemento arquitectónico contribuye a que se alcance un máximo de expresión plástica sobre una base práctica y lógica, sin que porello se descuiden las exigencias prácticas.

Theo van Doesburg : “Hacia una arquitectura plástica” (1924) en Die Stijl, vol. VI, nº 6-7



la ville radieuse _ Le Corbusier

LA BAUHAUS DE DESSAU (1925-26) _ Walter Gropius

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Fotografía: Thomas Lewandovski 

Cuando la escuela fue obligada a trasladarse a Dessau, en 1924, se construyó una nueva sede, que sigue siendo la obra maestra de Gropius, y se convirtió en el centro internacional más activo del Movimiento Moderno. Los nazis obligaron a trasladar la escuela a Berlín el 1932, y cuando Hitler llegó al poder la escuela fue clausurada. En 1937 Moholy-Nagy creó en Chicago el New-Bauhaus, llamado posteriormente Institute of Design.

El edificio de la Bauhaus de Dessau, considerada como la obra maestra del racionalismo europeo, tiene una configuración relacionada con las condiciones de la zona donde se ubica: limita con una calle, atraviesa otra perpendicular a la primera y dos de sus alas contornean un cercano campo deportivo, y se abre al ritmo de la vida urbana con sus grandes fachadas de luminosas cristaleras.



"Al nivel de terreno se encuentran dos cuerpos distintos; el primero, de planta rectangular, contenía cierto número de aulas y de pequeños laboratorios; el segundo, con planta en forma de L, tenía en una de las alas los laboratorios y en la otra el auditorio, el escenario, el comedor y la cocina. En la parte superior existía un cuerpo de dos pisos de altura, elevado del suelo, que contenía las oficinas de la escuela y los estudios de los profesores. Este bloque salvaba la calle transversal relacionando los dos volúmenes antes citados, de tres pisos de altura, que tenían en cada piso uno aulas y el otro laboratorios. Por tanto, a partir del segundo piso el edificio adquiría una planimetría en forma de G de altura constante, a excepción del bloque que albergaba los locales colectivos (comedor y auditorio) que, conservando una sola altura, representaba la ligazón entre el volumen descrito y el edificio de cinco pisos destinado a la residencia de los alumnos."(De Fusco, R., ob. cit., pág 332)

Se percibe fácilmente la influencia del neoplasticismo en todo el edificio, aunque la descomposición del volumen en planos no es un fin en sí mismo sino la manera de destacar algunas partes de la obra, de articular la masa volumétrica en un ritmo que combina la diferente altura de los diversos cuerpos (la altura y volumen de las aulas y laboratorios, el vacío de la plana baja que los relaciona, el edificio de cinco pisos al lado de la parte más baja del edificio).

Fotografía: Thomas Lewandovski 

La diversa modulación de los volúmenes confiere más dinamicidad al conjunto: el edificio más alto es también el volumen más macizo, interrumpido sólo por balcones en voladizo y ventanas; los bloques de la "pasarela" y la escuela tienen una equivalencia de macizos y vacíos, y las superficies del cuerpo más bajo tienen sólo una serie de ventanas verticales abiertas en un paño liso uniforme; los laboratorios, en cambio, presentan la máxima preponderancia de los huecos sobre los macizos.

Elemento típico es, también, la tipología de esquinas vacías y transparentes (el cerramiento de vidrio pasa por delante del borde del forjado, quedando los pilares remetidos y dando lugar a un voladizo que permite eliminar el machón de la esquina).


Fotografía: Thomas Lewandovski 

"La composición se modula sobre unas líneas paralelas y sus perpendiculares: dada la constancia de la relación, una rotación completa hace pasar los valores de lo positivo a lo negativo (frontalidad total y escorzo nulo) consiguiendo siempre una suma constante, una visión total del espacio construido. Y puesto que el esquema en L se da también en los elementos altos, la circularidad de la visión se hace esférica, total. Esta rotación ideal, inicio del movimiento, se confía a un sistema de fuerzas (...) que nace de la situación espacial y de la constitución de los bloques. El punto de apoyo de la rotación está en el cuerpo central, que tiene una mayor desarrollo en altura; el cuerpo bajo y largo no es más que uno de los brazos de la palanca, cuya extensión se mide en relación con el cuerpo de la derecha. El equilibrio dinámico del conjunto se basa en que a la mayor masa del cuerpo de la izquierda -articulado sobre el punto de apoyo- le corresponde la mayor extensión de los cuerpos de la derecha." (G.C. Argan, ob. cit., pág. 474)


Fotografía: Thomas Lewandovski 

"Todo el conjunto está concebido como un lento girar de volúmenes y de planos que agotan en su calidad plástica las fuerzas del movimiento que ellos mismos suscitan. Es evidente que este dinamismo compositivo se basa en el análisis de la mecánica elemental de la palanca y la biela." (G.C. Argan, ob. cit., pág. 477)

 

Videos sobre el edificio de la Bauhaus (1 -2):



La Bauhaus de Dessau (parte 1)



La Bauhaus de Dessau (parte 2)



Bibliografía:


  • Gropius, Walter. La nueva arquitectura y La Bauhaus. Editorial Lumen 1966, ISBN 84-264-1005-7
  • Kandinsky, Vasili Vasilevich. Cursos de la Bauhaus. Madrid, Alianza Editorial, 2003. ISBN 84-206-7011-1
  • Klee, Paul. Diarios 1898-1918. Madrid, Alianza Editorial, 1993.ISBN 84-206-7061-8
  • Varios. Utopías de la Bauhaus. Edición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía 1988. ISBN 84-505-7550-8
  • Whitford, Frank. La Bauhaus. Barcelona, Destino, 1991.ISBN 84-233-1985-7
  • Wick, Rainer. Pedagogía de la Bauhaus. Madrid, Alianza Editorial, 1993. ISBN 84-206-7054-5
  • Wingler, Hans Maria. La Bauhaus : Weimar, Dessau, Berlín, 1919-1933. Barcelona, Gustavo Gili, 1980. ISBN 84-252-0841-6
  • Wolfe, Tom. La palabra pintada. Editorial Anagrama, 1999. ISBN 84-339-2320-XRef. en es.humanidades.arte
  • Wolfe, Tom. ¿Quién teme al Bauhaus feroz?. Editorial Anagrama 1999 ISBN 84-339-0436-1
  • Droste, Magdalena. Bauhaus [castellano]. Editorial Taschen 2006 ISBN 3-8228-5000-4
  • Gillo Dorfles (1980), La arquitectura moderna. Barcelona. Ariel. Col. Ariel quincenal 151, págs. 62-69
  • Renato de Fusco (1981), Historia de la arquitectura contemporánea. Madrid. Blume. págs. 267-276 y 329-335
  • Giulio Carlo Argan (1983), Walter Gropius y la Bauhaus. Barcelona. Gustavo Gili. Paolo Berdini (1996), Walter Gropius. Barcelona. Gustavo Gili. 2ª ed.

Fuentes:

Joan Campàs Montaner, professor titular d'art, estètica i hipertext dels Estudis d'Humanitats de la Universitat Oberta de Catalunya.

Fotografías:


Thomas Lewandovski
pinkmanhattan-blogspot-bauh


Enlaces:

fundación bauhaus-dessau

bauhaus

wikipedia / Escuela de la Bauhaus

HANNES MEYER _ “BAUEN” (Construir)

Monumentalidad (1944) _ Louis Kahn

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"La monumentalidad es enigmática. No puede crearse intencionalmente.

No son necesarios ni el material más exquisito ni la tecnología más avanzada... ."



Monumentalidad(1944)

Publicado en Wrigting, Lectures, Interviews. Rizzoli, 1991.
Traducción A. Rigotti publicado en Reformulaciones, En la segunda era de la máquina.





El oro es un material precioso. Pertenece al escultor.

La monumentalidad en arquitectura debe definirse como una cualidad, una cualidad espiritual inherente a aquella estructura que porta en sí la inmortalidad, nada se le puede agregar o cambiar. Reconocemos esta cualidad en el Partenón, el símbolo reconocido de la civilización griega.

Algunos argumentan que vivimos en un estado inestable de relatividad que no puede ser expresado con una única intensidad de propósito. Por esta razón, muchos de nuestros contemporáneos creen que no estamos psicológicamente predispuestos para incorporar esa cualidad monumental a nuestros edificios.

¿Acaso hemos sido capaces de proveer de expresividad arquitectónica a la escuela, la comunidad, el centro cultural u otros monumentos sociales?. ¿Que estímulo, que movimiento, que fenómenos social o político nos hace falta experimentar? ¿Qué acontecimiento o filosofía es necesario pueden estimular nuestro deseos de conmemorar su efecto en nuestra civilización? ¿Qué efectos tendrían estas fuerzas en nuestra arquitectura?

La ciencia dio a los arquitectos nuevas combinaciones de materiales capaces de resistir la fuerza de gravedad y el viento.

Recientes experimentadores y filósofos de la pintura, escultura y arquitectura han insuflado con nuevo espíritu y coraje a sus colegas artistas.


La monumentalidad es enigmática. No puede crearse intencionalmente. No son necesarios ni el material más exquisito ni la tecnología más avanzada, de la misma manera que no se requiere de la tinta más fina para escribir la Carta Magna.

Sin embargo, nuestros monumentos arquitectónicos muestran su esfuerzo por alcanzar la perfección estructural que, en gran parte, ha contribuido a la claridad de su forma, la lógica de su escala, y su efecto perdurable.

Estimulados y guiados por el conocimiento podremos desarrollar las formas adecuadas para nuestros nuevos materiales y técnicas. Es preocupación de este ensayo aludir brevemente a la ampliación de horizontes que la ciencia y el saber técnico han aportado al arquitecto e ingeniero y aludir brevemente a algunos conceptos y expresiones estructurales.

Ningún arquitecto puede reconstruir una catedral de otra época corporizando los deseos y aspiraciones, el amor y odio de la gente de la cual constituyó su patrimonio. Las imágenes de estructuras monumentales del pasado nunca se podrán revivir con la misma intensidad y significado. Su duplicación es inconcebible. Pero no debemos descartar las lecciones que nos brindan, en tanto tienen en común características de grandeza sobre las cuales deberán apoyarse, de alguna manera, los edificios del futuro.

En la arquitectura griega la ingeniería tenía que ver con materiales a la compresión. Cada piedra estaba concebida para sostenerse una a la otra, evitando flexiones.

Los grandes constructores de catedrales consideraban los elementos de la estructura con el mismo amor por la perfección y la claridad. De períodos de miedo e inexperiencia emergió la idea de colocar piedra sobre piedra soportando esfuerzos de tracción y compresión, derivando los esfuerzos a las columnas o a los muros reforzados por contrafuertes. Contrafuertes que permitieron perforar los muros y desarrollar esas grandes vidrieras de colores. El concepto estructural derivaba de teorías más primitivas, pero fue desarrollado hasta alcanzar variaciones magníficas en la búsqueda de grandes alturas donde la emoción espiritual alcanzó grados nunca superados.

Indian Institute of Management (1962-74) Ahmedabad, India 

La influencia de la bóveda romana, la cúpula, el arco, se propagó a través de la historia arquitectónica. Aún hoy esas formas básicas siguen siendo fundamentales, y van a seguir reapareciendo con nuevas posibilidades derivadas de la tecnología y las habilidades ingenieriles.

El ingeniero del siglo XIX logró pasar de los principios básicos al establecimiento de fórmulas y tablas para guiar el cálculo. Estos manuales surgieron para satisfacer la demanda de edificaciones enormes concretadas en poco tiempo. Ahora se nos habla de la continuidad en las estructuras: su nueva significación para la ingeniería promete dejar atrás esas tablas y manuales.

La forma del perfil doble T deriva del análisis de los esfuerzos a los que se someten las vigas. Ha sido diseñado de modo que la sección esté lo más alejada posible del centro de gravedad. La forma se adapta al laminado y, en el laboratorio, se descubrió que aún el fileteado colaboraba en la transferencia de una sección a otra en continuidad.

Los cocientes de seguridad fueron adoptados para cubrir posibles inconsistencias en la fabricación del material. La necesidad de grandes maquinarias y equipos para su elaboración condujeron a la estandarización.

La combinación de los factores de seguridad y la estandarización redujo la función de los ingenieros a meros técnicos que siguen las indicaciones de los manuales, recomendando secciones mucho más grandes de lo necesario y limitando la expresividad de formas más esbeltas sugeridas por el diagrama de fuerzas. Por ejemplo el uso de vigas T en voladizo no tiene nada que ver con lo que indican estos diagramas que muestras que el tramo empotrado podría ser mucho menor. Una barra de cierta sección laminada como tubo tendía la misma área con mayor diámetro, consiguiendo mucha mayor resistencia

El diseño estructural debe descartar los coeficientes en uso y evolucionar a nuevos modos de cálculo basados en el efecto de la continuidad en las estructuras. El arquitecto y el ingeniero deben volver a los principios y consultar a los científicos para reformar su juicio sobre el comportamiento estructural y adquirir un nuevo sentido de la forma derivado del diseño y no de la conexión de partes prefabricadas. Las soldaduras han abierto las puertas a formas de mayor resistencia y eficiencia. La elección de formas será ilimitada aún para problemas conocidos y, entonces, el sentido estético podrá ser satisfecho por composiciones de tubos, planchuelas y ángulos que respondan a las fuerzas de gravedad y del viento.

Vuelven las costillas, bóvedas, cúpulas, contrafuertes para encerrar espacios de manera más generosa, simple y hasta emocionante. Las partes son cada vez más pequeñas. Ahora es la composición molecular del metal lo que los científicos ponen a prueba. Sus hallazgos llegan al arquitecto o ingeniero con la simplicidad de una fórmula que debe pasar a formar parte de la paleta del constructor y ser usada sin prejuicios ni miedo. Esa es la manera moderna de construir.


First Unitarian Church, Rochester, New York, 1959-62

La arquitectura gótica se apoyaba en fórmulas constructivas derivadas de la experiencia y los materiales disponibles. Ahora no sólo se mide el esfuerzo a la compresión de la piedra sino la tensión y flexión del metal. La catedral de Beauvais hubiera necesitado el acero y el conocimiento que nosotros tenemos. El vidrio hubiera revelado el cielo y pasado a ser parte del espacio contenido por el interjuego de costillas tubulares, planchuelas y columnas de acero inoxidable en un flujo continuo de líneas expresivas del diagrama de fuerzas. Cada elemento estaría soldado al próximo creando una unidad estructural continua digna de ser expuesta, su ingeniería no pondría resistencia a las leyes de la belleza que tienen vida propia. El metal hubiera envejecido y convertido en un material amigable, protegido del deterioro por su propia composición.

Esta generación enfrenta el desafío de construir para las masas y resolver sus problemas de alojamiento y salud. Es consciente de la inconveniencia de nuestras ciudades. Acepta al avión como una necesidad vital.

Las fábricas han adoptado el tren horizontal de producción y la creciente población ha transformado grandes extensiones de tierra virgen para completar su hábitat. La nación ha adoptado los principios de la reforma social. La producción bélica puede transformarse en producción corriente. Allí se erigen los nobles principios de la Carta Atlántica.

En los años por venir deberemos construir la catedral, el centro cultural, el palacio legislativo, la sede del congreso de las naciones, los monumentos para conmemorar los logros y aspiraciones de nuestro tiempo. ¿Lo haremos acaso con formas prestadas de Chartres, el Crystal Palace o el Palazzo Strozzi?.

Los logros de la ingeniería bélica en hormigón, acero y madera han dado señales de madurez suficiente como para guiar la concepción de estos nuevos edificios. El esqueleto estructural gigantesco ha dejado sentado su derecho ha ser visto. No necesita ya de ningún disfraz para agradar. Nuevas envolventes de materiales transparentes, traslúcidos u opacos, con excitantes texturas y colores pueden suspenderse de sus miembros. Frisos de pintura articularán las circulaciones entre los grandes recintos y esculturas embellecerán su interior.

Grandes maestros nos han indicado el camino para que el arquitecto pueda traducir en términos simples la complejidad de los modernos requerimientos. Han redefinido el sentido del muro, el pilar, la viga, la cubierta y la ventana y sus interrelaciones con el espacio. Los esfuerzos en pro de una arquitectura comprehensiva colaborarán en su desarrollo y refinarán su sentido.

El muro que divide dos espacios interiores no es lo mismo que el que los separa del exterior. La albañilería siempre va a existir en los muros de contención, puede ser usada como revestimiento exterior por sus cualidades decorativas, aunque suplementada con paneles interiores diseñados para adecuarse más directamente a la solicitación.

La ingenuidad estructural puede eliminar la columna interior, pero si es necesaria debe asegurarse su independencia respecto al diseño de la planta.

Los problemas estructurales se concentran en la cubierta. La permanencia y belleza de sus superficies es un problema mayor para la ciencia. Su superficie exterior debe ser parte integral del diseño estructural. Acero inoxidable, hormigón, plástico o vidrio armado pueden ser de elección para cúpulas o bóvedas de acuerdo al clima y el efecto buscado. La misma consideración debe darse a la superficie de las terrazas.

Los ciudadanos de un área metropolitana han formulado el programa para un centro cultural lindero a un centro nacional de educación. Colaboraron con el arquitecto y su staff de ingenieros. Los costos no estaban en discusión.

Desde lo alto vemos su noble silueta. Muchos edificios más altos no impresionan de igual manera. Está situado sobre una elevación en la zona rural cercana, enmarcado por busques que definen un interior con las amplias pinceladas de la arquitectura del suelo (land architecture).

Desde el suelo, la primera reacción deriva de las formas escultóricas gigantes de su esqueleto estructural. La idea arquitectónica era lidiar con aquellas fuerzas que durante la construcción amenazaban con derribar el edificio.

La planta no comienza ni termina en el espacio interior, sino que a través del suelo esculpido se extiende al territorio vecino hasta alcanzar las colinas distantes.

Este modelado del basamento modeló la concepción de fuertes planos y cuerpos geométricos que satisfacen la necesidad de terrazas, estanques, escalinatas y accesos. El paisajista los acentuó con formas libres y geométricas que se entretejen con la trama de los árboles.

El conjunto acoge áreas más pequeñas para usos específicos, divididos por paneles de vidrio, yeso o mármol, independientes de la estructura y relacionados sólo con la trama circulatoria. La planta parece continua. El gran lobby es parte del anfiteatro que se hunde en el escenario. La luz viene de arriba a través de una serie ondulada de cúpulas prismáticas de vidrio.

Mas allá, a cierta distancia del ingreso, un gran mural de colores brillantes. Cuando nos aproximamos sus formas se subdividen en manchas de color.

A un lado el museo de escultura exhibe la obra de jóvenes que asisten a las escuelas de arte. Las obras muestran su tendencia a definir su forma por la construcción. Mármol y piedra han sido horadados, plásticos y aleaciones moldeados. Los sólidos están y entretejidos con láminas y tubos de metal. No hay límites. Los nuevos materiales, instrumentos y tinturas químicas vitalizan el trabajo del artista. Uno incorporó formas y objetos de colores brillantes en un cubo irregular de plástico trasparente. Se ven esferas, planos en diferentes ángulos, líneas en alambre de cobre.

Yale Center for British Art

De estos experimento el arquitecto puede aprender modos de embellecer sus estructuras, a llevar su imaginación a formas suspendidas en el espacio. Acero, materiales livianos, hormigón, madera laminada, asbestos, caucho y plástico son los materiales del día. Los remaches han sido reemplazados por las soldaduras, el hormigón armado sale de su infancia con los pretensados, vibradores y nuevos aditivos. La madera laminada remplaza la maciza y es igualmente amigable al ojo, y los plásticos tienen potencialidades tan amplias que ya hay publicaciones exclusivas sobre sus usos y presentaciones. Nuevas aleaciones de acero, vidrio térmico y sintéticos de diversa índole, se suman a la nueva paleta del diseñador.

No sabemos por cuanto tiempo el progreso en la construcción será detenido por dogmas, precedentes, prejuicios estilísticos, estándares arbitrarios, reglamentos obsoletos y mano de obra no especializada. Pero los descubrimientos de la ciencia y su aplicación a dado grandes pasos impulsada por la industria bélica.

Somos muy optimistas. Estandarización, prefabricación experimentos y especializaciones no son monstruos a evitar por la sensibilidad del artista. Son los modernos mecanismos para controlar las vastas potencialidades de los materiales para la vida por parte de la química, la física, la ingeniería y los sistemas productivos, que proveen al artista del conocimiento necesario para erradicar sus miedos, ampliar su instinto creativo, y guiarlo hacia terrenos desconocidos. Así su trabajo estará en concordancia con su tiempo y proveerá de deleite y servicios a sus contemporáneos.

No quiero decir que la monumentalidad pueda alcanzarse científicamente, o que sólo sea útil aquel trabajo arquitectónico orientado a la búsqueda de una nueva monumentalidad. Defiendo, porque admiro, a aquel arquitecto con voluntad de crecer en las múltiples facetas de su hacer. Ese es el hombre que se encuentra bien a la vanguardia de sus colegas.



Alfred Newton Richards Medical Research and Biology Building 1957-61



LA CARTA DE ATENAS _ IV CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) 1933

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Participantes en el Congreso de Arquitectura Moderna CIAM IV. Atenas (1933)

En el período de entreguerras la preocupación por el orden urbano es importante para el movimiento renovador, desarrollándose distintas experiencias que culminan con la formulación teórica de LA CARTA DE ATENAS en 1934.
A raíz de la descalificación de Le Corbusier en la instancia final del concurso para el Edificio de la Sociedad de Naciones en 1926, un grupo de arquitectos renovadores europeos decide organizarse como una central moderna y fundan en 1927 los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM.


El objetivo de esta asociación era debatir, resolver y difundir el problema arquitectónico contemporáneo. El II Congreso, en 1929, se realizó en Frankfurt y tuvo como tema el Existenzminimum. El III Congreso se realiza en Bruselas y su tema fue el barrio de viviendas, bajo el lema el Loteo Nacional y se realizó en 1932. Quedaban resueltas las dos instancias fundamentales, tal como ellos concebían la ciudad: la célula habitacional y la agrupación de estas en barrios de vivienda.

El CIAM IV, celebrado en 1933 a bordo del Patris II en la ruta Marsella-Atenas-Marsella (el congreso no había podido celebrarse en Moscú por problemas con los organizadores soviéticos), tuvo como tema central la ciudad funcional. El documento final, conocido como Carta de Atenas, contiene las conclusiones del congreso, expuestas como doctrinas del urbanismo moderno, aunque no fue publicado hasta 1942 por J.L. Sert y Le Corbusier.*


El movimiento renovador considera que la célula constitutiva de la ciudad es la vivienda popular o vivienda de interés social. Se concentran en la determinación de tipologías que pudieran realizarse con métodos industriales; también estudian el agrupamiento de estas células en edificios de habitación y en el diseño de los sectores de vivienda que surgieran de la aplicación de estas investigaciones.

Consideran el planeamiento urbano como una actividad de carácter científico, estructurada en 3 grandes instancias: 
planificar, urbanizar y arquitecturar.

  • Planificar implicaba realizar investigaciones minuciosas sobre la realidad urbana y sus tendencias, para con métodos estadísticos proyectar esas tendencias y prever la construcción de la ciudad para los 50 años siguientes, por lo menos.
  • Urbanizar es la operación que distribuye los componentes urbanos en el territorio.
  • Arquitecturar consiste en diseñar las tipologías que corresponden a cada zona funcional. 



Los participants en el IV CIAM de 1933 viajaron desde Marsella a Atenas a bordo del S.S. Patris II 

La Carta de Atenas considera en su primera parte las relaciones de la ciudad con el territorio que la rodea. Se afirma que toda ciudad debe ser pensada en relación a un territorio que se determina como el radio de su acción económica, considerando como tal hasta donde toma recursos una ciudad. Estas relaciones también incluyen al tráfico de vehículos o a los servicios que una ciudad ofrece a una región.

La propuesta se mantiene dentro de una escala de ciudad mediana o pequeña, cuyos límites de influencia sería posible determinar de modo más o menos preciso. No se considera ni siquiera la posibilidad de interacción entre núcleos urbanos, lo que generaría una lógica territorial más compleja que la de unidades aisladas.


En la segunda parte del documento se critican aspectos de las ciudades existentes y se realizan algunas propuestas, con el título “Hay que exigir que...”, de donde se deduce cual es el modelo de ciudad incluido en la Carta de Atenas. Se refieren a las 4 funciones a las cuales se atribuía la cualidad de ordenar las ciudades. Estas eran: HABITAR, TRABAJAR, RECREARSE y CIRCULAR.


La función Habitar debe ocupar los mejores emplazamientos en cuanto a aire, higiene, asoleamiento, paisaje, etc., resolviéndose con edificios en altura construidos con las técnicas modernas, implantados en espacios verdes, lo más separados posible y nunca alineados a las vías de tránsito de gran circulación.

La función Trabajar se divide en 2 grandes modalidades: por un lado lo que llaman artesanado urbano (sastres, etc.) el cual debería encontrarse junto a las viviendas pero en lugares especialmente asignados. La otra modalidad comprende a la industria y a la administración, la cual debería situarse en un lugar separado de las viviendas por una zona verde y dividido por otra zona verde en administrativo e industrial.

La función Recrearse se considera bajo 2 aspectos: uno para el tiempo libre semanal, para lo cual deberían acondicionarse sectores con cualidades naturales como playas, lagos y montañas, uniéndolos mediante vías rápidas a las zonas de vivienda. El otro aspecto, para el tiempo libre diario, incluye los campos deportivos, los clubes, las salas de espectáculos y el equipamiento educativo, que debe emplazarse en los espacios verdes al pie de los edificios de vivienda.

La función Circular debe unir todas las partes de acuerdo a 2 principios: la economía del tiempo y la separación de velocidades. Separa peatones de vehículos mecánicos, cuyos caminos nunca deben cruzarse en el mismo nivel. Realiza las velocidades mecánicas en autopistas siempre separadas del suelo. Todas las vías de gran circulación deberían aislarse con espacios verdes. Las velocidades menores podrán ir a nivel de superficie.







Acerca de la ciudad existente (5º punto) se establecen que deben preservarse los edificios o conjuntos que por sus valores estéticos representen verdaderamente una época pasada. Esto se haría siempre que no afecten el interés común, derribando los tugurios que suelen encontrarse en sus alrededores, para que queden emplazados en espacios verdes.

En la 3° parte de la carta se exponen los puntos de doctrina, donde se reafirma los conceptos desarrollados anteriormente y se señala que el problema principal de las ciudades de la era maquinista ha sido que los intereses particulares prevalecieron sobre los intereses sociales. Se establece que en adelante los intereses generales deberán prevalecer sobre los particulares.

Se reafirma que la función Habitar es la principal en la resolución de los problemas urbanísticos.

También aparecen algunos aspectos novedosos: el carácter asignado al arquitecto como el técnico asesorado por otros técnicos, que debe procurar convencer a las autoridades para llevar adelante la planificación urbanística.

De esa simple afirmación pueden deducirse 2 grandes conceptos:



· el urbanismo es una cuestión de técnicos que analizan la situación y toman las decisiones sin ninguna participación de los habitantes
· la gestión urbana debe estar regida por el Estado.
Esta manera de ver las cosas es claramente iluminista, al asignarle cientificidad a las tareas de planeamiento urbano. Además, el papel asignado al Estado es profundamente Hegeliano (Hegel, remata la teoría liberal y da comienzo a la teoría marxista) pues al Estado se le reconoce la capacidad superior de ordenar racionalmente la sociedad.


Intervenciones en ciudades existentes

Este pensamiento renovador entra necesariamente en conflicto con la realidad de la ciudad existente. Ante este problema la experiencia histórica del período de entreguerras permiten discriminar tres grandes actitudes:

1. Separar la ciudad nueva de la ciudad vieja, generando un ámbito urbano alternativo y moderno, que deja a la ciudad existente como una especie de pieza de museo (Frankfurt). Esta actitud será característica de la política de vivienda popular alemana en la 2° mitad de los años ´20.

2. Construir la ciudad nueva a continuación de la ciudad existente, manteniendo la continuidad de las tramas y diferenciando radicalmente el tejido. Una actitud de este tipo será la que se aplica en los planes de Ámsterdam.

3. Hacer tabula rasa con la ciudad existente, preservando algunos edificios del pasado de acuerdo a criterios estéticos y clasificatorios que la historia del arte adopta de las ciencias naturales. Esta última actitud es la que va a sostener Le Corbusier.



Ejemplo de la primera actitud:

En Alemania, la República de Weimar desarrolla una política de construcción de vivienda popular confiada mayoritariamente a los arquitectos vinculados al movimiento renovador.

El conjunto de estudios, investigaciones y conclusiones generales se comprende en el término EXISTENZMINIMUM. La palabra se traduce como espacio mínimo para la existencia, y definen a unas tipologías que reducen y estandarizan los espacios privados de la vivienda, en favor de una dimensión colectiva de la vida y suponiendo la existencia de algunas necesidades básicas científicamente mensurables y que pueden ser resueltas de manera uniforme (dormir, comer, cocinar, etc.).


 Plan Regulador de Breslau de 1922. Ernst May 

El modelo de agrupación de estas tipologías las propone Ernst May en el Plan Regulador de Breslau de 1922. En este período el municipio construyó unas 15.000 viviendas. May fue designado arquitecto de la ciudad y tuvo el poder suficiente para la adquisición de tierras por parte del municipio; la elaboración de proyectos propios y el control de los ajenos y la organización de empresas públicas de construcción.

El plan consistió en la construcción de barrios de vivienda periféricos a la ciudad existente, separados de ella por un espacio verde y separados entre si también por zonas verdes.

Estas Siedlung, como se las conocen, se realizan con tipologías estandarizadas agrupadas en tiras de edificios de 3 o 4 pisos, emplazados en espacios verdes y contando con todos los equipamientos colectivos que se consideran necesarios para una vida digna.


Los barrios debían construirse con métodos industriales, prefabricando todas las partes que se pudiera de manera de abaratar el costo para los obreros que los iban a habitar. Cada barrio se piensa como un ámbito de trabajo auto-administrado por sus habitantes y con una densidad de población medianamente baja (8.000 a 15.000 habitantes). Del equipamiento se excluye todo lo que implicara a la ciudad burguesa del pasado, como oficinas, cuarteles, templos y estaciones de policía.


Las numerosas Siedlung que diseñó se basaban en los principios de la ciudad-jardín, con sus tejados inclinados y alusiones rústicas. Las viviendas se ubican formando un abanico alrededor de un espacio central que se conecta con la calle. Cada Siedlung era un ámbito donde una nueva humanidad se desarrollaba y consolidaba con nuevos valores y sin las necesidades de la vida burguesa. La vida colectiva en los equipamientos y las áreas verdes se anteponen al individualismo de la vida privada separada de la ciudad existente. Estos barrios se construyen en la nueva ciudad, más del futuro que del presente.

En Frankfurt, May puede aplicar esta política con los 85 barrios construidos entre 1925 y 1931 en el valle del río Nidda (
Siedlung Römerstadt). Estos barrios conformaron el nuevo Frankfurt obrero, socialista y pacifico, separado y contrapuesto al viejo Frankfurt burgués, capitalista y guerrista.



Vistas aéreas de la Siedlung Römerstadt

En el Barrio Roemmers-Stad se distinguen dos partes bien diferenciadas:

1. en la parte Este se realiza un ordenamiento curvo, ligado más al pintoresquismo de las ciudades-jardín. Es un barrio con diferencias, no masivo sino humanizado

2. la parte Oeste es un sector más extendido, con calles rectas. Las viviendas son de distintos tipos: de dos niveles o en bloques. No hay un deseo de uniformización total, sino que hay una valoración de lo individual. 

El contacto con la naturaleza es un factor común. Las dos partes están separadas por la calle de Adriano y limitados por una avenida, desde la cual se ven los bloques como una gran muralla. En esa avenida se incorporan las construcciones existentes y se ven los matices con otras propuestas.

Ejemplo de segunda actitud:

En 1902 Berlage prepara el Primer Plan de Ámsterdam, una expansión sobre la periferia, que establece la modalidad que va a caracterizar las intervenciones en esta ciudad. Toma la trama radial y anular de avenidas y canales y la prolonga hacia la zona de intervención. Como la expansión tiene como objetivo aumentar el stock de vivienda, la mayor parte del nuevo tejido se configura con edificios rectangulares con espacios verdes en su interior.De este modo se configura un nuevo tejido que diferencia la ciudad existente de la ciudad nueva, al mismo tiempo que se mantiene la continuidad de la trama principal. Dentro de esta zona de expansión se van a encontrar también los conjuntos habitacionales diseñados por la llamada Escuela de Ámsterdam, cuya figura principal fue Michel De Klerk.

Vista aérea de la nueva expansión propuesta por el Plan partiendo de lo ya realizado sobre la base del Plan de Amsterdam Sur de H.P. Berlage de 1905


Plano principal del Plan de Extensión de Amsterdam. Van Eesteren y Van Lohuisen, 1934


Las autoridades municipales constituyen en 1928 una oficina técnica a cargo de Cornelius Van Esteren que prepara el Segundo Plan de Ámsterdam, la continuación de la expansión de la ciudad aplicando la metodología funcionalista.

En primer lugar se realizan los estudios estadísticos (planificar), de cuyos cálculos se deduce que la ciudad alcanzaría los 960.000 habitantes en los siguientes 50 años.
Se constata una tendencia a la disminución de los núcleos familiares, que pasaría de un promedio de 4 miembros a 3, lo cual resultaba definitorio al momento de diseñar las unidades de vivienda y algunos de sus equipamientos (escuelas, etc.).


El segundo paso (urbanizar) consistió en dividir la periferia en barrios de 10.000 viviendas, con todos los equipamientos básicos implantados en espacios verdes y rodeados también por espacios verdes.
Se excluye del interior de los barrios las vías principales de circulación, siguiendo el criterio determinado por Berlage: la trama continúa modifica radicalmente el tejido, utilizando nuevas tipologías de edificios en tira y en altura.


El tercer paso, referido al diseño arquitectónico de cada barrio, queda vinculado a la Comisión Rectora del Plan, quien es la que decide, según sus predicciones estadísticas, cuándo se construye cada barrio. Es además la que controla las características arquitectónicas (arquitecturar), procurando que cada nuevo barrio incorpore las características más modernas al momento de su construcción. De este modo se consolidaba la idea inicial que cuanto más lejos del centro histórico, mas nueva sería la ciudad.





* LE CORBUSIER, Le groupe CIAMFrance, Urbanisme des CIAM. La Charte d’Athènes, op. cit. 
Hay quienes ha datado esta primera edición en 1941, otros en 1942. Es el propio Le Corbusier el responsable de crear esta ambigüedad cuando, en la página 238 de primera edición de la Carta afirma: “La Carta de Atenas se comenzó por primera vez en la presente obra que se publicó en Francia en el año 1941”, pero en la última página de ese mismo texto se dice claramente que se había impreso en abril de 1943. En el prefacio de septiembre de 1957 con motivo de la reimpresión de la Carta en Éditions de Minuit, Le Corbusier afirma que la primera edición había sido de 1942. La ambigüedad sobre la fecha de publicación puede justificarse por el hecho de que Le Corbusier trabajó en esta versión de las Actas del IV Congreso durante algunos años, por lo menos desde 1937. Véase el texto introductorio de Pier Giorgio Gerosa a la Carta de Atenas en su Antologia di testi e documenti del IV Congresso internazionale di architettura moderna, op. cit.




enlace: 

Carta de Atenas _ LA CIUDAD Y SU REGION

los CIAM Congresos Internacionales de Arquitectura



documentales: 

Laszlo Moholy-Nagy, Architects Congress, 1933 










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